Capitulo diecinueve.

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Alessandro

—¿Listo para la otra semana, Fabreschi? —dice mi patrocinador llegando a mi lado. Sonrío y encojo los hombros.

—No es necesario preguntarlo.

—Has trabajado muy duro para esto, estoy orgulloso de ti.

—Gracias.—le dedico una última sonrisa y tomo mis cosas para dirigirme a casa.

La próxima semana es la competencia internacional en París y durante estos seis meses no he hecho nada más que matarme practicando. De nuestra ciudad solo vamos dos, pero la competencia es grande, en especial por los chicos de Milan. Pero no me siento nervioso en lo absoluto, porque debido a que he terminado el colegio, mi concentración completa está en el motocross.

He dejado de preocuparme por las cosas en casa, en realidad a penas tengo comunicación con mamá y Annette, porque sé que si presto mi atención en papá y toda la mierda, no me ira tan bien como quiero en las internacionales.

—Fabreschi.—la voz femenina me detiene a que suba al auto. Volteo y miro a Emma de pies a cabeza, esperando a que continúe. —¿Me puedes llevar a casa?—muerde su labio inferior y encojo los hombros, dándole una respuesta afirmativa.

Y es exactamente lo que sucede, la rutina de las chicas por una noche ha vuelto, cero sentimientos involucrados ya que es lo que necesito por ahora. Luego de las internacionales, viene la universidad y con aquello viene incluido Giuliana, estoy más que consciente de aquello. Aún sigo sorprendido que después de todo el drama con ella, Giuliana me ha conseguido la beca, mi pasaje para por fin marcharme de la casa.

Supongo que ha sido su nivel de madurez, y lo segura que es de sí misma, para no tener celos de Amellie, aunque tampoco es como si le haya dado una completa explicación respecto a esa noche.

—¿Estás listo?—cuestiona Emma una vez que he colocado el auto en marcha. Enciendo un cigarrillo y no respondo, de verdad no quiero oír esa pregunta de nuevo. Ella suspira, mis palabras han disminuido tanto que para cualquier chica se la hace más que imposible hablar conmigo. —¿Venir contigo ha sido una mala idea?

—Depende del punto de vista que lo veas. —respondo sin mirarle.

—Ale, la paso tan bien contigo pero hay veces que necesito que me digas más que un sí o un no. Las chicas necesitamos escuchar palabras lindas de vez en cuando.

—No creo que te haya dado la impresión de que diré ese tipo de cosas Emma. Si no te gusta, vale, lo dejamos hasta aquí.

Resopla y al ver que no ganará en esto, posa su mano sobre mi pierna y besa mi mejilla. Tiró el cigarrillo por la ventana y y minutos después aparco el auto en un estacionamiento solo. No es necesario hacer nada, en segundos Emma se encuentra sobre mi, con sus labios pegados a los míos.

~~~

Al llegar a casa, mi tranquilidad durante estos días desaparece, debido a que papá se encuentra sentado en la sala. Muerdo el interior de mi mejilla, y sigo caminando a mi habitación, pero su voz por desgracia me detiene.

—¿No saludas? —cuestiona serio y tomando una respiración volteo para mirarle con una falsa sonrisa.

—Que placer verte por aquí.—mi tono es irónico, lo cual le irrita por completo.

—¿Cuándo te vas?

—Búscalo en internet, estoy seguro de que te aparece.

—Hola, cielo.—la voz de mamá interrumpe la guerra de miradas. Le sonrío y beso su mejilla. —¿Te quedas para cenar?

Same Old Shadows.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora