Amellie
—Estás sobreactuando, Grant. —dice mamá ciertamente agotada de la situación. Pero creo que no hay alguien más agotada de esto, que yo.
—¿Sobreactuando? ¿Qué quieres? ¿Dejar que tu hija ande por las putas calles teniendo sexo? —grita papá, enfurecido y trago saliva, en un intento de aliviar el nudo en mi garganta.
—Como si tú no tuvieras sexo a esta edad. Maldita sea, no te soporto. Cielo, vamos.—pone su atención en mi, para sacarme de la habitación, pero por supuesto, papá nos detiene.
—¿No me soportas?—arquea las cejas incrédulo.—Te recuerdo que ese niño la lastimo hace unos años, ¿o no es así Amellie? —los ojos azules de papá, parecen que botaran fuego en cualquier momento. —De verdad no quiero terminar golpeándolo. Además no puedes estar desapareciendo así, sin pedir permiso alguno.
—No he decidido venir a estas vacaciones.—suspiro y es entonces cuando todo se torna en silencio, un silencio que de alguna forma me hace sentir aterrada.
—Grant.—habla mamá, el la mira. Y me sorprende la manera en la que se entienden sin necesidad de decir más.—Am, cielo, ve a la habitación.—me da un beso en la mejilla y sin pensarlo por segunda vez salgo de allí.
Me acuesto en mi cama y reviso mis mensajes. Alessandro está en la institución, y sé que encontrarán de alguna forma mantenernos alejados, pero no tengo otra opción. De igual forma solo quedan cuatro días, y para verle de nuevo me tomara por lo menos dos años, o incluso más debido a que me voy a la universidad.
Cuando veo las mil y un cosas que Gael me ha escrito, mis labios ya no se curvan hacia arriban, si no forman una fina línea. Tres días, tres días es lo que le ha tomado a Alessandro para hacerme caer en sus encantos de nuevo y para hacerme experimentar todo por primera vez; así de fácil.Cuando no sé cuánto tiempo me ha tomado para que en realidad me empezara a gustar Gael.
Decido dejar el teléfono a un lado, no quiero comunicarme ni siquiera con Channel. Solo quiero que todo este drama con papá acabe y poder tener algo de calma en mi familia, como también quiero eso para Alessandro, porque sé que estos pequeños incidentes, empeoran su relación con Abraham.
—¿Estás bien, Am?—cuestiona Ashton, quitándose uno de sus audífonos.
—Si, bien.—le sonrío y me acerco para besar su mejilla.
La puerta de la habitación se abre, mostrando a mamá, lleva ropa de salir y puedo notar a papá pasando detrás de ella.
—Vamos a almorzar, estaremos de vuelta en dos horas. Por favor no salgas, cariño, ¿vale? —dice entrando para besarnos a ambos. Simplemente asiento. —Kiana y Abraham están abajo, saldrán luego.
—¿Papá no nos está obligando a ir?—dice Ashton, confundido.
—No, cariño. Nos vemos luego, adiós.—y dicho esto, da la vuelta y sale de la habitación dejándonos a los dos solos.
Miro a la hora, notando que son las tres y que Alessandro debe llegar en una hora lo cual nos daría un tiempo para hablar a escondidas. Dios, quiero verle tanto.
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Esperar por el se me hace eterno, pero cuando escucho el auto y a Annette saludar, una sonrisa se forma en mis labios y de inmediato salgo de la habitación.
—Ciao, Am.—saluda ella subiendo por las escaleras, le saludo pero mi mirada se dirige abajo en busca de él. —Viene en media hora, tenía que pasar a hablar con su patrocinador.
—Vale, gracias.
—¿Todo bien con tus papás?—cuestiona y me indica que le siga a su habitación.
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Same Old Shadows.
General FictionCuando tienes un pasado oscuro, lleno de dificultades e historias que no te apetece contar, es muy difícil que no tengas sombras presiguiéndote por el resto de tu vida. Cuando intentas cortar los problemas de raíz, muchas veces sólo logras meterte...