Capitulo treinta

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Amellie

Con las yemas de mis dedos, toco mis labios. No entiendo porque ha sucedido esto, no entiendo porque juega conmigo de esta manera. Todo este tiempo pudimos haber estado juntos, lo intentaría, incluso estudiaría aquí, pero el no quiere aquello y no se la razón.

Me ha besado y se ha ido, simplemente porque ha querido, sin importarle la manera que me ha alborotado a mi, que hace que mi mente de más vueltas, aún. Dios.

Tomo una gran respiración y salgo de nuevo, viendo cómo todo sigue en su lugar y luego le veo con Giuliana, y por un momento no me importa en donde me encuentro. Quiero una explicación y la obtendré, así que camino hacia el y su mandíbula se tensa.

—¿Podemos hablar?—cuestiono ciertamente molesta, Giuliana me mira y Alessandro no demuestra ninguna expresión. —Por favor.

—¿Todo bien?—Landon llega a mi lado y suelto una respiración, impaciente.

—Si, solo necesito hablar con Alessandro y volveré, ¿vale?—le sonrío para que confíe en mí y solo asiente besando mis labios.

Entonces Alessandro le susurra algo a Giuliana y después de aquello decide seguirme. Salimos del pent house debido a que hay gente por todos lados, y nos quedamos en el pasillo, en silencio por unos cuantos minutos. Solo mirándonos.

—¿Por que me has besado?—suelto por fin y aprieta los labios mirando a otro lado. —Alessandro, ¿por qué me has besado?—insisto.

—No lo sé.—cuestiona y quiero abofetearlo, no entiendo porque se comporta de esta manera. —Te vi y quise hacerlo, luego entendí que fue un error.

—¿Acaso piensas en mi? ¡No puedes llegar, besarme y luego simplemente marcharte! ¡Dejándome allí pensando miles de cosas!

—No pensaba en nada cuando lo hice.

—¡No te entiendo! ¡No quieres que estemos juntos pero cada vez que nos vemos simplemente parece que nadie existiera a nuestro alrededor y yo...—y de nuevo sus labios chocan contra los míos, pegándome a la puerta, sin dejarme hablar. —Para...—murmuro aunque en realidad no es lo que quiero.

Se separa un poco y clava sus ojos en los míos, y me pierdo en ellos tanto que jalo su camisa para atraerlo más hacia mi. Toma control del beso, el cual se siente desesperado pero al mismo tiempo tierno.

Y es cuando sus manos viajan por mis caderas, levantándome por las piernas haciéndolas enrollar alrededor de su cintura. Se da la vuelta y comienza a caminar por el pasillo, sin dejar de besarme, abre la puerta del ascensor y nos adentra en este, pegándome contra la pared de este.

La adrenalina de ser atrapados me recorre pero por alguna razón, ninguno de los dos puede parar, y menos cuando Alessandro se ha encargado de besar mi cuello.

—Tienes cinco jodidos minutos.—jadeo y le veo sonreír, antes de sacar un preservativo, desabotonarse el pantalón, deshacerse de mi ropa interior y entrar en mi. Mis manos se mantienen en sus hombros, a medida que me mueve junto a él y luego de unos minutos, simplemente me dejo llevar, al igual que el, quien suelta un gemido viril.

Entonces nos vestimos, nos miramos en el espejo del ascensor y nos damos cuenta que acaba de suceder.

—Am.—me toma de la mano antes de entrar al penthouse. —Esto no puede volver a pasar.

—¿Sabes algo? Debemos dejar de lastimar a las personas las cuales están en nuestras vidas, y yo estaba lista para hacerlo pero por alguna razón tú nunca lo estarás. Podríamos ser felices, ¿sabes?

—No, no podríamos. —contesta serio.—Siempre habría un problema con...—la puerta de abre mostrando a Giuliana quien nos mira a ambos, seria y detrás de ella aparece Landon.

Same Old Shadows.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora