Amellie
Resoplo mirando mi armario, no sé que ponerme esta noche. Quiero lucir diferente y mi armario solo muestra la palabra: "aburrida".
—¿Que has hecho con Gael?—suelta Channelle, y le miro con el ceño fruncido. —No has escogido el vestido blanco que te pondrías para esta ocasión.
—Estuve en su casa y pasó, nada fuera de lo normal.—contesto rodando los ojos y tomo el vestido blanco del armario. La espalda es descubierta y la falda es en forma de A, pero no muy abierta. Es un vestido hermoso.
—¡¿Has tenido sexo con Gael?!—grita como si fuese algo inesperado. —¿Que mierda te ha pasado?
—Quise celebrar.—contesto simple tirando el vestido sobre la cama. —¿Tienes algo para prestarme?
—O quisiste distraerte para no pensar en el italiano.—arquea sus cejas.—Y no, que estés irritada o nerviosa o lo que sea que estés, no significa que cambiaras tu forma de vestir.
—No hago estas cosas para distraerme.—gruño.—Y no estoy nerviosa o irritada, solo quiero un cambio por esta noche.
—El vestido blanco, Amellie.
Ruedo los ojos y tomo mi toalla para dirigirme al baño y darme una ducha, pero soy interrumpida por mi teléfono. Al ver que es mamá, decido colgar, no tengo ánimos de saber que tan bien le ha ido en la competencia, aunque estaré tan feliz de saber luego que ha ganado.
¿Quien me entiende? Joder, soy más que bipolar.
El teléfono vuelve a sonar y conociendo como es mamá, decido contestar.
—¿En donde estás, cielo?—su voz se escucha entrecortada lo cual me hace fruncir el ceño y mirar a Channelle.
—En la casa, ¿todo bien?—y hay un silencio que me hace entender que no todo está bien. —¿Mamá?
—Alessandro ha tenido un accidente con la moto, y esta grave. Estamos en el hospital.
Me lleva tres minutos asimilar las palabras, o escuchar a Channelle gritando que reaccione. El teléfono ha caído al suelo, mis manos están temblando y desesperada comienzo a buscar las llaves de mi auto.
—Am, ¿que ha pasado?—cuestiona asustada, pero no puedo responder. —Dios, para de llorar, ¿a donde quieres ir?
—Al hospital, llévame al hospital.—murmuro y sin preguntar más, toma las llaves del auto, y salimos de la casa.
Cuando el auto se detiene, no espero ni un segundo más para salir y correr. No se Channelle me está siguiendo, mi concentración completa esta en ver a Alessandro.
—Alessandro Fabreschi, accidente de motocicleta, lo han traído...—hablo rápido a la enfermera detrás de la recepción.
—Am.—la voz de mamá, me interrumpe. Le miro y luce tan preocupada como yo. —Está en cirugía, ha tenido una fractura grave en la pierna y los doctores le han hecho exámenes para asegurarse que no tenga ninguna hemorragia interna, se ha golpeado fuerte la cabeza.
—¿Donde están Kiana y Annette?
—En el piso de arriba, esperando que lo lleven a la habitación. Todo estará bien, cielo.—y al verme en este desastre, simplemente me abraza.
Channelle llega minutos después y juntas subimos al segundo piso. Al ver a Kiana y a Annette llorando, solo las abrazo y seguidamente nos sentamos, para esperar al doctor. El silencio que hay me aterra aún más.
—Abraham, ha tenido un accidente, por el amor a Dios, es tu hijo.—Kiana desesperada grita al teléfono, haciendo que escuchemos la conversación. —Está bien. —y cuelga, tomando asiento de nuevo.
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Same Old Shadows.
General FictionCuando tienes un pasado oscuro, lleno de dificultades e historias que no te apetece contar, es muy difícil que no tengas sombras presiguiéndote por el resto de tu vida. Cuando intentas cortar los problemas de raíz, muchas veces sólo logras meterte...