Capitulo veinte.

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Amellie

Mis manos tiemblan, haciendo casi imposible sostener el sobre. Channelle me mira y mamá igual, esperando a que lo abra pero no puedo. No puedo ver la respuesta.

—Por dios rubia, ábrelo, te han aceptado.—dice Channelle impaciente y le miro horrorizada, claro que no es seguro que me han aceptado, si, hay una gran posibilidad, pero es Harvard de que hablamos.

—Vamos pequeña, ábrelo.—anima mamá y miro al sobre tomando una gran respiración, pero este se me cae de las manos y antes de que pueda tomarlo, mi hermano ha llegado a la sala y lo ha hecho por mí, rompiendo la parte superior y sacando la carta de adentro.

—¡Ashton!—exclamo furiosa. El rueda los ojos y comienza a leer la carta sin permiso alguno. —¡Dame eso!—grito levantándome para quitársela.

—Entraste, ya se ha acabado el drama. Mamá voy a salir.—tira la hoja sobre el sofá, dejándome con la boca abierta y seguidamente sale de la casa.

Enseguida vuelto a tomar la carta, la leo con precaución y levanto mi mirada para ver a mamá y mi mejor amiga, completamente atónita. En segundos ambas están gritando felicidades y abrazándome.

—Todos sabíamos esto, cariño.—dice mamá besándome. Sonrío y tomo mi teléfono para enviarle un mensaje a Gael. Dios, me iré a Boston el otro año. —Ahora a celebrar.

—¡Eres una maldita genio, rubiecita!—grita Channelle abalanzándose sobre mí por ota vez para abrazarme. —Y te conseguirás a otro maldito genio, ¿qué tan genial es esto?

Ruedo los ojos riendo y veo el mensaje de Gael diciéndome felicitaciones, y que salgamos a celebrar luego. Limpió las lágrimas de felicidad que no me he dado cuenta que estaban allí previamente y decido ir a la cocina para comer algo debido a que por los nervios no había tocado ni un trozo de comida.

Entonces caigo en cuenta, vacaciones. Se me hace tan extraña esta palabra. En unos meses, último año y luego Harvard, ¿qué más podría pedir?

Mi teléfono suena y veo que es papá llamando, y por primera vez en tanto tiempo, me siento feliz de que sea el.

—Felicitaciones pequeña.—dice una vez que contesto.—Mereces celebrar este día.

—Gracias, papá. Ojalá estuvieras aquí.

—Celebraremos cuando llegue de nuevo, debo irme, felicidades de nuevo. Te quiero.—y cuelga. Mi felicidad es tan enorme que ni aquello me molesta.

—¿A dónde quieres ir esta noche?—cuestiona Channelle con una sonrisa.

—A todos lados. Primer día de vacaciones y he sido aceptada en la universidad, debemos celebrar de la mejor manera.

—Déjalo en mi.—me guiña un ojo y sonrío. En otra ocasión me daría miedo que Channelle planeara una de nuestras noches, pero por hoy, es una excepción.

Tocan a la puerta y es mamá quien se encarga de ir a abrirla, mientras yo me quedo viendo como Channelle manda textos a las personas para nuestra salida. Gael me invita a cenar y acepto, hasta a el quiero verlo, tan feliz estoy.

Pero de un momento a otro mi ceño se frunce al escuchar voces femeninas en el lobby y cuando las voces se hacen más cercanas, levanto mi mirada y me encuentro con Kiana y Annette. Por suerte no me atraganto al verlas, pero mi respiración se ha agitado y el apetito se ha ido.

—¡Sorpresa!—grita Annette, dirigiéndose hacia mi para abrazarme y miro a mamá, en busca de una respuesta. Me alegra verlas, pero que ellas estén aquí lo involucra a él también, ¿no?  —¡Y felicidades, tu mamá me lo acaba de decir!—me da dos besos en cada mejilla.

Same Old Shadows.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora