Capítulo trece

3.1K 253 47
                                    


Amellie

Termino de acomodar mi cabello en una cola alta y me miro en el espejo. Mi felicidad es demasiado notable, he dormido demasiado bien y mi rostro no necesita ni una gota de maquillaje.

No sé porque me he comportado con el así, pero cuando lo tengo cerca nada me importa y más cuando siento sus manos sobre mi piel.

Le tengo demasiada confianza.

Entro al baño y cuando lo hago mi ceño se frunce por un extraño olor, huele a cigarrillo.

Salgo a la habitación y miro a mi hermano chateando por su teléfono.

—Ashton.—digo seria cruzándome de brazos.

—¿Qué?—dice sin sin apartar la mirada de su teléfono.

—¿Por qué el baño huele a cigarrillo?

Le veo rodar los ojos y al ver que no responde le arrebato el teléfono.

—¿Qué mierda quieres?—exclama molesto.

—¡No me hables así!—grito señalándole con mi dedo índice—¿De dónde sacaste un cigarro?

—Del pantalón de papá, dame mi teléfono.

—¡Me dijiste que sólo lo has hecho un par de veces!

—¡Deja de comportarte como mi puta mamá!—grita quitándome el teléfono listo para salir de la habitación.

Resoplo y lo tomo del brazo deteniéndolo. Mi hermano se está saliendo de control.

—Deja de hablar y comportarte de esta forma.

—No estoy de humor, Amellie.—rueda los ojos una vez más.

—Se que nuestra familia no es perfecta pero tú te estás destruyendo en vez de hablar conmigo...—digo con cierta preocupación.

—Es un maldito cigarro, como si tú nunca hubieses fumado uno.

—Pues te informo que no.

—Déjame en paz.—y sin decir más nada sale de la habitación.

Maldita sea.

No sé qué debo hacer, no sé si deba hablarle a mamá de esto.

Suspiro y decido salir de la habitación para bajar a desayunar, me encuentro con mamá y Kiana solas en la cocina hablando
y riendo.

—Buenos días.—murmuro y ellas me sonríen saludándome.

—Cielo,¿pasó algo con tu hermano?—cuestiona mamá y mi ceño se frunce—Esta sentado en la sala y parece molesto.—aclara.

—Solo ha buscado el cargador en mi maleta desordenándola y le he regañado.—miento sentándome frente a ellas—¿Dónde están los demás?

—Abraham y Grant salieron, Alessandro está en el instituto y Annette está en la cama, se siente enferma.—responde Kiana.

Asiento mordiéndome el labio inferior, debo hablar con ella.

—¿Qué quieres de comer, linda?—cuestiona mamá, me encojo de hombros.

—Un sándwich estaría bien.—contesto y asiente levantándose para hacerme uno.

Luego de comer y hablar con ellas por un rato, decido qué es hora de retirarme e ir a hablar con Annette.

Tomo una gran respiración antes te tocar su puerta y seguidamente abrirla, para encontrarla en sus pijamas, con sus audífonos puestos y la laptop sobre sus piernas.

Same Old Shadows.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora