Capítulo 24

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Narra Shadow

Es muy extraño escuchar esas palabras provenir de mi, pero supongo calmarán al erizo albino. Camino a la carpa y la chismosa de Rose ya se ha metido en su bolsa. Suspiro pesadamente y me siento en la mía. ¿Qué carajos es todo lo que acaba de suceder? Demasiada información que asimilar y poco tiempo para intentar descansar. -Se que no estás dormida, eriza.-

-Ajá- Me responde irritada. Parece molesta y a decir verdad, es comprensible, acaba de descubrir que trabajo para su enemigo número 1.

Me desabrocho los pantalones, ya que me incomodan los botones abrochados y me recuesto. A pesar de que ya cerró, aún me molesta la herida de la barra metálica. Últimamente no logro entender mis acciones, es como si siempre buscase el beneficio de Rose y no el mío, lo cuál es raro, considerando que soy algo egoísta, ahora por ponerme tan caritativo he salido herido, aunque he recibido peores golpes.

-Podría sellar tu herida, si quieres.- Me dice una apenada bola rosa que nosé en que momento se a arrodillado a mi lado con un botiquín de primeros auxilios en sus manos. Aunque quiera hacerse la indiferente conmigo, eso no le funcionará, no puede ganarme en mi propio juego.

-No lo necesito. Vete a dormir.- Le respondo peor de indiferente.

Veo que se lo piensa y sacude la cabeza después de unos instantes.

-De ninguna forma. Yo no te pedí que me protegieras, y aún así lo hiciste.-

Me lo pienso por unos instantes y ¡Agh! Lo reconozco, tiene razón, aunque sólo lo reconoceré en mi mente. -Entonces ¿querías morir? Wow, eso no es muy valiente de tu parte.- Utilizo esa excusa porque me niego a darle la razón.

-De hecho, no quería morir, pero habían otras formas de salvarme. Que tal un control caos, o un movimiento rápido por parte de tus Air Shoes, o un campo de fuerza, o desviar la barra de metal.- Me enfado y la interrumpo.

-Si me vas a reprochar lo que resta para que amanezca, entonces debí dejar que te atravesara la barra.- Sus ojos se abren como platos y me mira notablemente molesta. Suspiro pesadamente -Ok. No hubiera permitido que la barra te atravesara, pero usar mi cuerpo fue lo primero que se me ocurrió ¿Contenta?- Respondo de mala gana y cierro los ojos. ¿Que rayos pasa? Es como si ella se hubiera puesto de acuerdo con el universo para contradecirme, es realmente irritante.

-Jumm Solo olvídalo.- Responde notablemente cansada -Así no quieras, voy a sellar tu herida.-

-Como quieras.- Le respondo indiferente.

La escucho romper empaques y vertía un líquido en algo, momentos después, siento algo frío y húmedo sobre mi herida. Un picor me recorre los nervios, pero es bastante tolerable. Repite el proceso otro par de veces y finalmente adhiere una gasa a la herida.

-Listo.- Comenta notablemente satisfecha. La ignoro por un momento, siento como empieza a guardar todo y finalmente cierra el botiquín, cuando se levanta la detengo con una mano -¿Sucede algo?- Pregunta ingenuamente.

-Sucede de todo.- Aclaro -Pero tengo que preguntarte, ¿Por qué no quisiste dejarme atrás?- Abro lentamente los ojos y me encuentro con la mirada de ella fija en el suelo. Ese típico color rojizo sube a sus mejillas.

-Bueno, veras- suspira pesadamente -... Sé que conozco muy poco sobre quien eres, pero por más que lo intento no puedo desconfiar de ti. No me entra en la cabeza que quizás sólo estés jugando conmigo y utilizándome para llegar a mis amigos y destruirlos. Puede que solo esté siendo cegada por una ilusión que probablemente tú creaste a propósito,pero no puedo y no quiero perderte... No soportaría la simple idea de que algo malo te pasara. ¡Casi me muero cuando me salvaste de nuevo! Hay una sensación que siempre aparece justo en el momento en que siempre estas salvando a esta damisela en apuros, se intensifica con el paso del tiempo, creo que me encariñe demasiado contigo- sonríe levemente avergonzada y agrega -Además, no quería perder a mi entrenador favorito.-

Memorias pérdidas y nuevas memoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora