Bullets Losses →kookmin

04

Jimin suelta un largo suspiro, no supo si era de nervios o de pánico, pero sabía que no era ninguna buena señal que el secretario de su padre le llamase para hacer una cita. Sí, había que apartar una cita para que pudiese hablar con su propio padre.

—Joven Jimin, su padre le espera.

—Está bien– Sonríe levemente al secretario antes de entrar a la oficin, del hombre que se hacía llamar padre.

Un abrazo de su parte le sacó de contexto por completo, su padre nunca había demostrado cariño por nada, la última vez que le abrazó, fue cuando le nombraron el mejor estudiante de su promoción y le dieron una beca completa para cualquier rama militar. Pero nunca, su padre le abrazaba o le decía palabras de aliento por nada, siempre tenía que haber una razón de por medio.

—Toma asiento Jimin– Fueron sus únicas palabras que le dijo apenas le soltó y claro, no dudó en hacer caso.

La oficina de su padre era grande. Un escritorio gigante solo para él, que tenía una portátil de último modelo, unas carpetas perfectamente organizadas, dos asientos en frente a él que dejaban ver hacia atrás la vista de toda la ciudad. Jimin no quizo pensar cuánto podía costar un lugar con ese tipo de vistas. Un pequeño sofá de cuero, que iba acompañado de una mesa, uno que otro mueble más de adorno, dos o tres fotos familiares. Grandes cuadros que estaban de sobra para gusto del pelinaranja, de hecho, todo estaba de sobra para Jimin, demasiado ostentoso.

—¿Pasa algo, padre?– Era algo que quería preguntar desde que le llamaron el día de ayer, ni siquiera había podido dormir tranquilo.

—Cuando me llamaron de la institución yo no lo quería creer, cuando me dijeron que mi hijo estaba entrenando, no pensé que podría ser Jae-Hun, él ya está bastante bien con sus clases privadas los fines de semana, y cuando me confirmaron que eras tú, simplemente no quise creerlo ¿Es que acaso quiéres ir por el título nacional?– Las palabras salieron tan rápido de la boca del señor, que Jimin apenas si pudo tomarles el peso.

Ya habían pasado tres semanas en las cuales estaba yendo a la escuela para entrenar, más que aquello, ayudaba a JungKook avanzar, ya había cambiado su guardia y forma de combatir. En tan pocas prácticas lo habían hecho por el simple hecho que ambos se lo tomaban muy en serio y no lo veían como una competencia, JungKook quería aprender y Jimin estaba dispuesto a enseñarle.

Pero a nadie le había mencionado aquello y le había pedido a JungKook que no le dijera nada a su hermano, no quería formar malos entendidos, ni mucho menos provocar un problema familiar, que sabía perfectamente que Jae-Hun era capaz de hacer.

—Bu-bueno, no precisamente, pero si quería volver a tener el ritmo de antes– Podía mentir con ello, cuando comenzó a practicar la disciplina no fue por obligación, si no que él mismo la adoptó.

—Entonces ¿No te molesta que te haya inscrito al torneo de la próxima semana?– Más que una pregunta, era un hecho, porque nadie nunca podría objetar lo que decía el padre de los Park.

—¡¿Me inscribió a un torneo?! Padre, hace demasiado tiempo que no mantengo un combate real, estaré en forma, pero ya hace mucho que no tengo una pelea de verdad.

Sabía que si JungKook lo escuchara en ese momento estaría ofendido, pero era verdad, el menor era cinturón azul y él era negro, una diferencia notable que le obligaba a bajar el ritmo cuando entrenaban. Aunque no negaría que él pelinegro combatía de una manera bastante superior a su cinturón, si fuera su profesor no dudaría en subirlo de grado.