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Si algo que JungKook odiaba, era cuando su familia estaba con Jimin.

Podía soportar de todo, su hermano tratando a su novio como un Dios, su padre burlándose de su situación, las constantes interrupciones cuando quería besar al mayor, pero a lo único que pedía a gritos que se detuviera o prefería ser tragado por la tierra, era cuando su madre fangirl aparecía. En esos momentos solo prefería morir.

—¿Y qué tal la convivencia, Jiminnie?— Se acerca un poco bajando el volumen de su voz, inútil, si todos podían escucharla de todas formas. —Desde ya me disculpo por lo desordenado que es mi hijo.

—¡Mamá!

—Descuide señora Jeon— Ríe el mayor, tapando su sonrisa con el dorso de su mano. —De hecho estuvo bastante bien, nos llevamos a la perfección.

—Así es siempre muchacho, pero créeme, pasa un tiempo más y todo ya no es color de rosas— Habla el padre de la familia, mientras degustaba una cucharada de arroz.

—¿Disculpa?— Le mira su esposa con una actitud sombría.

—Nada hermosa, ya no es color de rosa, porque... Porque a tu lado se siente como todo el arco iris junto.

El mayor de los hijos reprimió una risa, ahora era su turno para burlarse de su padre, la acción que no pasó desapercibida por su novio, quien le golpeó por debajo de la mesa, recibiendo una mirada de advertencia, causando que se reincorporara.

Hyun-Woo que miraba todo desde fuera, se impresionó con lo fácil que era domar a un Jeon.

—Pero bueno, me alegra escuchar eso hijo, en un comienzo pensé que no era correcto que pasara su primera semana de vacaciones contigo, no quería que JungKook te diera problemas.

El recién nombrado soltó un suspiro, a veces pensaba que su madre prefería a Jimin como hijo.

—Bueno, como veo que todos acabaron, Hyun-Woo acompáñame a servir el postre— Ya harto de las constantes vergüenzas de su progenitora, se levanta.

—Per-.— Una mirada de advertencia lo calló rápidamente. —Claro Hyung.

Antes de desaparecer hacia la cocina, dejó un beso en la frente de Jimin, quien solo le dio una sonrisa llena de energía. A Jimin no le molestaba en absoluto la actitud de la señora Jeon, se divertía y se sentía cálido. Su madre nunca fue así, era todo lo contrario, fría y distante, poco interesada en la vida de sus hijos, solo se limitaba a lo social, para aparentar con el resto. Junto con la madre de JungKook, sentía que estaba en frente de una verdadera madre, la cual siempre que podía le daba besos en la mejilla a su novio o le revolvía el cabello cariñosamente.

Ya en la cocina, ambos hermanos comenzaron a cortar trozos de la tarta que Jimin había comprado, era la misma de la primera vez que visitó su hogar.

—Si no te casas con Jimin en un futuro, mi madre es capaz de quitarte el apellido— Dice en tono de broma el menor.

—No lo digas ni de chiste, que ella es capaz de hacerlo.

De vuelta, todos con el postre frente a ellos, los hermanos se reintegraron a la conversación. Apenas JungKook probó un pedazo de su tarta escuchó a su madre.

—Me imagino que JungKook se cuida cuando tienen relaciones.

El pedazo de tarta se le atragantó y comenzó a toser sin control, mientras que su avergonzado novio le daba palmadas en la espalda, tratando de calmar al menor. Bebió un poco de agua y su cara estaba roja como tomate.

—Mamá, Jimin es hombre, no es como que vaya a quedar embarazado... Aparte, nosotros no...

—¡¿NO?! ¡¿Y QUÉ ESTÁS ESPERANDO JUNGKOOK?!— Cerró sus ojos unos segundos al escuchar el reproche. —¿Qué acaso estás ciego teniendo a este lindo chico a tu lado?

Sentía que su rostro ardía, y sin ver, podía apostar que Jimin también estaba de esa manera. Solo su madre podía incentivarlos a tener relaciones sexuales.

—Señora Jeon... No le diga eso a JungKook— Jimin se veía tan tierno, con sus mejillas completamente rosadas y tratando de alejar toda su timidez en el tema. —Ambos queremos ir lento, por eso también nos demoramos un buen poco volvernos novios, sentimos que todo es muy rápido, aparte hasta ahora nos va bien así.

—Vaya... ¿Quién lo diría? Con estos tiempos, pensé que hasta ya habían profanado toda la casa.

Ambos, con sus rostros totalmente rojos asintieron, sin mucho que decir. La señora Jeon realmente lograba cohibirlos.

JungKook solo debió aguantar un poco más de su madre, y ante peticiones del esposo de ésta, dejó que los jóvenes novios se escabulleran al cuarto de JungKook.

—Lamento eso, mi madre tiene una obsesión contigo y nuestra relación— Suspira el menor, sentándose al borde de su cama perfectamente tendida. —Ella ya debe de haberle puesto nombre a nuestras futuras mascotas.

—Descuida, tu madre me agrada bastante— El mayor ocupa lugar al lado suyo, dejando caer su cabeza en su hombro. —No se parece ni un poco a mi madre...

JungKook, de repente, sintió como el ambiente se volvió algo tenso. Cada vez Jimin hacía más comentarios sobre su familia, la relación de sus padres y su vida antigua, la mayoría del tiempo lo hacía con burla, pero en el fondo, sabía que le dolía.

—Lo sé... Pero no estamos hablando de eso— Suspira, mirando al mayor de reojo, sonriendo traviesamente mientras se le ocurría algo.

Pasa sus brazos por la cintura ajena, empujando a Jimin debajo suyo, recostándolo en su cama. Sus manos se hunden dentro de la ropa ajena, comenzando a hacerle cosquillas, arrancando carcajadas de los labios de su novio, quien le pedía que se detuviera. Adoraba verlo tan feliz.

—JungKook... D-deténte— Pedía entre carcajadas, pataleando. —¡JungKook!

La risa del mayor, inundaba todo el cuarto del más joven, causando que este último también riese junto a él. Deteniéndose luego de ver toda la tortura por la cual pasaba su lindo novio.

—No puedo creer que ya pasó mi primera semana de vacaciones— Se deja caer a su lado, pero sin detener su contacto, dejando una mano bajo el gran sweater que usaba Jimin.

—Sip, ya me había acostumbrado a despertar las mañanas junto a ti— Frunce sus labios, apoyándose contra el pecho del más joven. —Ya me acostumbre a estar todo el día contigo— Lloriquea.

—No exageres, no dormiremos juntos, pero ya te encargaste de planear citas para el lunes, martes, miércoles, jueves y viernes— Suelta una apagada risa. —No digo sábado ni domingo, porque mi madre ya te invito a salir a pasear junto a nosotros.

Jimin estaba completamente avergonzado. Tenía razón, se sentía tan bien con el menor, que ya había ocupado todos sus días para no separarse de él. Un poco hostigoso, pero a ambos les gustaba así.

—Así que... ¿Si no tenemos relaciones sexuales es porque queremos ir lento? Porque lo que yo recuerdo, es que eres tú quien empuja cada vez que tenemos momentos de tensión sexual.

—Era para quedar bien con tu madre— Golpeó su abdomen débilmente, antes de colocarse a horcajadas sobre suyo, su posición favorita. —Aparte no te quejes, adoras cuando sucede eso— Se inclina comenzando a besar su cuello.

—No me quejaré nunca más— Cierra sus ojos disfrutando.

Bullets Losses →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora