Epílogo

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Tres años después.


—¡SungHwa, no corras por favor!

Jimin estaba perdiendo la cabeza al ver a ese pequeño correr de un lado para otro. Una de las primas de JungKook le había dejado a su pequeño hijo para cuidarlo durante unos días, mientras ella con su esposo tenían unas vacaciones por su aniversario.

—Jimin, no le sucederá nada, solo tiene seis años— JungKook se queja, sentado en el sofá de su casa.

—Pero se puede caer.

—Los niños son de hule, se caen como si nada, no lloran, se paran y siguen corriendo. Mejor ven conmigo y esperemos hasta que lo vengan a buscar.

Resignado, Jimin se sentó al lado de JungKook, sintiendo como los brazos de su esposo lo envolvían de inmediato. Dejó su cabeza apoyada en el gran pecho de su pareja, mientras este le acariciaba su cabello.

—Deberíamos buscar un regalo para tu prima, fue lindo que nos haya permitido cuidar de su hijo.

—Lo sé... Últimamente todos quieren prestarnos a sus hijos para que los cuidemos— Ríe.

—Gracias a que no podemos adoptar...

Ese tema fue un tanto delicado. Hacía un tiempo que habían estado buscando posibilidades para adoptar, pero la ley era tajante, solo parejas casadas, y legalmente ambos no estaban casados. Como no eran un hombre y una mujer heterosexuales, no podían adoptar y eso les agobiaba cada cierto tiempo.

—Jimin sabes.-

—Que si estuviera entre tus manos, me darías todos los hijos que quiero. Lo sé, JungKook, siempre me lo dices— Ríe. —Tranquilo, desde que supe que soy gay, no planeaba tener hijos, pero como nos casamos... No sé, pensé que quizá podríamos.

—Pero no estás feliz con el hecho que no podemos tener hijos, quizá no sé, habrán otros medios, un vientre de alquiler, no sé.

—No, no quiero traer un niño a este mundo, me agrada más la idea de darle amor a un niño que ya está aquí y que no tiene una familia— Suspira. —Lo lamento, pero adoptar era mi sueño.

Todos los días JungKook se sentía peor al ver a su esposo tan triste por el tema. Ya no sabía qué hacer o qué decirle. Prefirió abrazarlo y llenarlo con todos los besos que podía.

—¡Jimin Hyung, JungKook Hyung! ¡Miren!— Decía mientras estaba parado sobre la mesa de centro mientras saltaba jugando con una pelota.

—¡Por Dios SungHwa!


❆❆❆❆



—¡No sé qué hacer, HoSeok! Lo veo cada día más triste y me duele a mí también, solo quiero ver esa sonrisa en su rostro— JungKook estaba junto a su amigo mientras caminaban para ir a interrogar a un hombre. Últimamente tenían un caso difícil.

—TaeHyung no quiere hijos, así que no sé muy bien cómo aconsejarte— Se encoge de hombros. Hace unos años atrás, ellos también se habían casado y estaban tan felices como ellos. —Pero solo trata de subirle el ánimo, no sé, solo son ustedes dos en ese apartamento y te digo, no sé por qué se mudaron a uno más grande, si viven solos.

—Quería un lugar más amplio, podíamos pagarlo y nuestro antiguo lugar ya no nos acomodaba— Se encoge de hombros. —Quizá deberíamos llenar ese lugar vacío en casa...

—¿Qué tienes en mente, JungKook?

—¡Oh, mira!— Cambia el tema. —Llegamos, vamos a pedirle el testimonio.

Rodando los ojos, HoSeok sigue a su amigo.


❆❆❆❆



—¡Jimin, ya llegué a casa!— Alza la voz JungKook al momento que entra a su hogar, pero no se escuchaba nada.

Dejando con cuidado su arma, comunicador y placa en la mesa de entrada, caminaba hacia los adentros de su hogar, extrañado de que su esposo no lo recibiera como siempre. Camina a través de los pasillos, para dirigirse hasta el cuarto que ambos compartían y ahí lo encontró, acostado en su cama.

—¿Amor?

—Oh, JungKook— Apareciendo de entre las sábanas el rostro de Jimin se veía rojo y con los ojos hinchados. Había llorado. —No pensé que llegarías tan tarde.

Se acerca con rapidez, hasta sentarse en la orilla de la cama, donde con sus manos sostiene el rostro de Jimin, paseando sus pulgares removiendo las pocas lágrimas que habían.

—Dios, Jimin, odio verte así...

—¿Por qué no podemos adoptar?— Llora. —¿Por qué no podemos tener un hijo? Le daríamos amor, un hogar, techo, educación. No le faltaría absolutamente nada. Prefieren tener a tantos niños en esos hogares, donde esperan amor y una familia. Podrían dárselos a miles de parejas homosexuales, pero tienen miedo... ¿Y quién le puede tener miedo al amor?

—Son ignorantes, Jimin— Susurra abrazando a su esposo. —Quizá en un futuro lo entiendan y luego habrá parejas como nosotros, que sí podrán tener hijos.

Se escucha un sonido desde afuera del cuarto, llamando la atención de ambos. Interrumpiendo todo lo que estaban hablando y bueno, Jimin llorando.

—¿Qué fue eso?— JungKook sonríe. —Amor, ¿qué hiciste?

—Ven conmigo— Levantándose, sin antes asegurarse que el rostro de Jimin estuviera libre de lágrimas. —Espero que te guste.

Juntos caminaron hacia la sala de estar, o mejor dicho, JungKook guiaba al mayor a través de todo el apartamento. Cuando llegaron a la sala de estar, esta estaba vacía y Jimin solo pudo fruncir el ceño.

—¿Qué se supone que me va a gustar? ¿El aire?

—Estaba aquí...— Dice comenzando a revisar todo el lugar, mientras que Jimin seguía de pie en la entrada de la sala de estar. —Te juro que estaba aquí... ¡Aquí está!

Entre sus manos, JungKook tenía a un pequeño gatito blanco, que se hacía pequeño en el pecho de él mientras que este lo sostenía. Jimin lo miraba como la cosa más maravillosa, el pequeño animal se veía hermoso y delicado, como un algodón de azúcar.

—¿Qué...?

—No puedo cambiar la ley, ni tampoco tus pensamientos. No puedo darte un hijo, no soy una mujer, pero sí puedo darte un compañero— Decía mientras se acercaba al mayor. —No es un hijo, ni nada por el estilo, pero es lo único que puedo darte.

Jimin miró emocionado al pequeño animal y lo sostuvo entre sus brazos cuando JungKook se lo permitió. Era tan pequeño e indefenso, que el animal no hizo nada, dejó ser pasado de unas manos a otras. Cuando lo sostuvo, lo miró con asombro y lo acarició, sacándole ronroneos.

—Yo... No sé qué decirte, JungKook.

—No digas mucho, lamento que todo esto sea así.

—No tienes que lamentar, mi amor— Dejando al pequeño animal sobre su sofá, se acerca a JungKook, pasando sus brazos por su cuello. —No es tu culpa, solo... Esperemos que algún día, este país cambie.

—Te amo Jimin.

—También te amo JungKook.

Bullets Losses →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora