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La tensión se sentía en el aire. Jimin y JungKook ocupaban puesto en uno de los sofás de la sala de estar, mientras que al frente suyo, estaban los padres del mayor. Llevaban en silencio hace un par de minutos, las tazas de café servidas ahora estaban frías y las galletas para comer nadie había querido tocarlas. No era el momento.

—Entonces— Jimin. —¿Qué querían hablar con tanta urgencia, que nos hicieron venir hasta aquí? JungKook está teniendo tiempos difíciles y estoy seguro que desea descansar, en vez de gastar su tiempo aquí con ustedes.

—Jimin...

—No, es verdad, estás en tus exámenes finales y debes aprovechar tus tiempos para descansar, no son muchos los que tienes— Posando una de sus manos en el muslo de JungKook, dio un apretón para transmitirle cariño. —Ambos queremos que todo salga bien— Eso último lo susurró, solo para ambos.

—Jimin tiene razón, JungKook— El señor Park se aclaró su garganta. —No los trajimos aquí para gastar su tiempo sin razón.

—Queríamos que JungKook supiera que su discurso nos llegó en lo más profundo— La señora Park habló, a pesar de ser la más desgastada. —Luego de escucharlo y conversar, sentimos la necesidad de pedirles que vinieran... Y es que, no saben lo difícil que ha sido este tiempo.

—Claro que lo sabemos. JungKook y yo hemos estado sufriendo, también ha sido difícil para nosotros. Más aún cuando tuvimos que retomar nuestra vida, porque no somos millonarios como para detener todo y dejarnos tiempo para reflexionar— Jimin soltaba sin piedad. —No están en posición de hablar de dolor, cuando nosotros también hemos estado sufriendo.

Jimin lucía enojado. No podía creer en sus padres, de hecho, él se había negado a la petición de hablar, pero JungKook le pidió paciencia, alegando a que sus padres quizá querían decirles algo importante. Hacía sus esfuerzos por JungKook, pero no soportaba a sus padres.

—Ustedes no están soportando con un arrepentimiento puro, JungKook dijo que se arrepiente de no haberle dado compresión y me imagino, que Jimin se arrepiente de no ayudarlo cuando lo necesitaba. Pero yo me arrepiento de ser la causante de todos sus males, que es mucho peor a lo que sienten ustedes dos— La señora Park se toma una pausa. —No estoy enojada con tu discurso, JungKook, de lo contrario, me ayudó bastante a darme cuenta, una vez más, lo pésima madre que he sido.

Sus palabras provocaron un silencio. JungKook miró a Jimin, quien ya no lucía tan tenso como antes, más bien, ahora estaba con una expresión confundida, fue su turno de acercarse y tomar la mano de Jimin, queriendo transmitir todo el apoyo posible. Ahí estaba él y no se movería de su lado.

—¿No cree que es algo tarde? Ya han pasado años y tuvo que morir alguien para arrepentirse— Jimin no bajaría la guardia, ni siquiera por esas palabras. —Puede lamentarse todo lo que quiera, pero el daño ya está hecho y nunca será borrado.

En ese momento, vieron a la madre de Jimin romperse. Ni JungKook, ni Jimin, se imaginaron ver eso. La madre del mayor siempre lucía compuesta, elegante y refinada, como si tuviera todo controlado. Y justo en ese momento, vieron cómo se derrumbaba.

—Lo sé y me castigo a mí misma, día tras día— Solloza. —Por eso quiero disculparme, no está Jae-Hun y no te imaginas lo que daría para que volviera, pero por lo menos, deseo arreglar las cosas contigo.

—Jimin, te guiamos por un camino que tú no querías, te impulsamos a seguir sueños que no eran los tuyos y Dios... Eras tan infeliz por nuestra culpa— El padre de Jimin jadea. —No te apoyamos cuando dejaste la academia, solo les hicimos mal.

—Arrastraron a JungKook a esto— Los ojos de Jimin se veían algo brillosos, pero su postura era inquebrantable. —¿Saben lo difícil que lo hicieron para él? Todos se le fueron encima, por su culpa.

Bullets Losses →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora