Bullets Losses →kookmin

19

Miraba a su compañero de cuarto vestirse, parecía que el tiempo pasaba tan lento, pero es que en realidad, su compañero se tomaba cada puto segundo para vestirse.

—¿No vas a ir al baile?

Y esa pregunta terminó de hacerle perder la paciencia. Lo miró, con sus ojos cargados de molestia, le dio a entender que se quedara callado.

Jimin tardaba en llegar, no quedaba nada más que minutos y el gimnasio, que estaba decorado a la perfección, se llenaría de figuras importantes y distintos alumnos junto a sus compañías. Esperó que su compañero saliera de la habitación, para soltar un gemido ahogado.

Si Jimin no llegaba pronto, lo mataría. En serio que lo haría.

Tuvieron que pasar unos veinte minutos, hasta que tocasen su puerta, abriéndola rápidamente para encontrarse con el más grande. Pero aún así no se molestó, ya que rápidamente, los labios ajenos se apoderaron de los suyos, regalándole, un largo y lento beso.

—Lo lamento, pero mis padres me retuvieron por mucho tiempo— Susurra luego de separarse, sonriéndole.

—Sí siempre que llegas tarde, te disculpas así, no me molesta que lo sigas haciendo— Sonríe medio embobado, el contrario lo tenía totalmente loco.

Le deja pasar cerrando la puerta, notando el pequeño gran detalle de su cabello, mirándole con curiosidad.

—De nuevo pintaste tu cabello.

—¿Te gusta? Pienso que el rubio me queda bien— Miraba al mayor moverse con naturalidad, dejando la percha que llevaba con el traje, cuidadosamente cubierto.

—Sí, te queda muy bien— Asiente, Jimin se veía espectacular con el nuevo color.

—Vístete y arreglaré tu cabello, no puedes llevarlo así como así— Le guiña un ojo, luego de sacar el traje de su empaque, tendiéndolo en la cama.

Haciéndole caso y sin pudor alguno, comenzó a desvestirse. Ya con antemano, se había duchado, para que fuese más fácil cambiarse de ropa cuando llegara el mayor. El traje se ajustaba a la perfección, estaban bien hechos los arreglos y parecía como si hubiese sido a su medida.

—Te vez guapísimo— Dijo Jimin posándose al lado suyo, dejando ver a ambos ya vestidos para el baile.

El rubio, usaba un traje clásico, de color negro y camisa blanca, solo que su chaqueta era larga, hasta el suelo, con unos tajos a los lados de esta, cubría su cuerpo por completo y tenía unos detalles de terciopelo a sus bordes, haciendo juego con su chaqueta.

—No era necesario que yo comprase uno, encontré esto en mi armario y hace juego con el tuyo— Dice conforme el más pequeño, mirando como ambos quedaban bien juntos.

—Como sea, sabes que ya vamos tarde ¿no?— Arquea una ceja, dejándose guiar por JImin, sentándose en la silla de su escritorio.

—Piensa en la emoción, llegaremos tarde y tendremos la atención de todo el mundo, ahora, quédate quieto, que tengo que peinarte.

Entre risas y charlas, permitió que el contrario peinase su cabello como él quería. Pero como le era de costumbre, hizo que Jimin terminase en su regazo, mientras le besaba. El más bajo se dejaba ser, aunque quisiera alejarse, el menor lo seguía presionando.

—¿En serio tenemos que ir al baile?— Susurra el menor sobre los labios ajenos, mientras seguía saboreándolos.

—Yah~... JungKook, tenemos que ir— Con una de sus características sonrisas, se levantaba de su regazo, guardando todo lo que había traído para arreglar a ambos.