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—¿Crees que me veo bien?

—Te ves guapo JungKook, no sé de qué te preocupas.

Sonríe abiertamente, un tanto nervioso, pero confiaba en las palabras de su amigo. Si él decía que estaba presentable, es porque, efectivamente, era así.

Llevaba unos pantalones de jeans claros y una playera blanca, acompañado de un cinturón negro que destacaba y sus accesorios. Con la ayuda de Jae, compró un ramo de flores, que fueran del agrado de Jimin.

En ese momento, estaban fuera de la cafetería que Jae había citado a su novio. Claro, había llegado quince minutos antes.

—Sé que sonará, algo estúpido, pero estoy nervioso— Sus manos sudaban y su corazón latía más rápido que nunca.

—Es normal, no se ven hace tres semanas y la última vez no terminó nada bien— Jae, solo estaba haciéndole compañía desde que salieron de la academia, le aseguró que cualquier trabajo que le dejara Lee, él lo cubriría. —Solo relájate, no creo que algo malo suceda.

—Eso espero...

Miró la hora en su reloj de muñeca, cada vez quedaba menos y JungKook sentía que el corazón se le iba a salir del pecho.

—Mejor me voy, no llegues tarde a la academia, no quiero que tengas problemas— Jae se separa de la pared en la que estaba apoyado. —Suerte, quiero verte llegar con una gran sonrisa.

Le fue inevitable no esbozar una, se dieron un corto abrazo y el chico, ya se estaba perdiendo entre las personas que estaban deambulando en la calle.

Cada segundo que pasaba, volvía a mirar su reloj. De pronto, un momento estaba realizando esa acción y al alzar su mirada, lo vio.

Jimin caminaba tranquilo hacia él, con toda la serenidad que le caracterizaba. Se veía hermoso. Vestía un pantalón de jeans todo rasgado y usaba un gran suéter morado, su cabello daba la impresión de estar desordenado pero estaba perfectamente peinado. Su novio caminaba con gracia, como siempre. Desbordaba luz, o quizá, para los ojos de JungKook, el chico brillaba de forma especial.

Cuando estuvo en frente suyo, perdió el aliento.

Jimin sonreía tímidamente, de lado. Su mirada reflejaba nerviosismo, como si él también hubiera estado ansioso por su encuentro.

—Hey...

—Hey— Relame sus labios. —Esto, es para ti— Le tienda el ramo de flores, y el chico las tomó un tanto sorprendido, al parecer no las había visto.

—Yo... Gracias— Sonríe debilmente.

Ninguno dijo ninguna palabra más, era un tanto incómodo, quizá, por todo lo que había sucedido la última vez. Aclarando su garganta, JungKook llamó la atención de Jimin.

—¿Entremos?

Simplemente asintió y Jeon abrió la puerta por él, dejando que el mayor entrara primero. Lo siguió, hasta la mesa al lado de una mampara, que daba de vista a un parque. No tardó en llegar un mesero, que les entregaba los menús.

En silencio, cada uno pidió lo que deseaba para comer, volviendo a inundar todo, con un mudo silencio.

—Tu cabello...— Fue las únicas palabras que pudo soltar.

Bullets Losses →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora