Nunca te olvides de mi (NIALL HORAN) |TERMINADA|

Capitulo 37.

El avión aterrizó, y me tomé con fuerzas de la mano de Niall.

No solía viajar en avión como lo hacían estos muchachos, los cuales ya se encontraban acostumbrados a este tipo de cosas.

Si mal no recuerdo, he viajado dos veces en avión, pero de pequeña.

Sé que aquellas dos veces, fuimos justamente a Irlanda. Habíamos ido con mi madre y padre, ya que mis hermanos aún no habían nacido.

—Irlanda, mi bella Irlanda... —murmuró Niall, mientras bajábamos del avión.

—Hace tiempo que no vengo aquí —admití, mientras bajaba detrás de Niall.

— ¡Oh por Dios! ¡Qué lindo! —chilló Rebb, algo emocionada.

—Chicos, ahora tendrán que subir rápidamente al coche, antes de que las directioners los vean —informó Paul, mientras unos hombres bajaban nuestras valijas.

Todos asentimos, y esperamos unos diez minutos hasta que llegara el coche.

Bueno, mejor dicho los coches. Mis ojos se toparon con tres carros. Por la breve explicación que me dio Niall, en uno de los tres iríamos nosotros, en otro las maletas de todos, y el último servía para despistar a las directioners, ya que los chicos querían llegar al hotel, y descansar después del viaje.

Los coches aceleraron, llevándonos hacia el hotel Brooks, donde nos hospedaríamos. Una vez que llegamos, bajamos y enseguida mis ojos no tardaron en visualizar el hermoso lugar.

Al entrar a aquel edificio, no tenía palabras para explicar la belleza del hotel. Era tan moderno, extenso y delicado. Los fantásticos colores que se encontraban pintados en las paredes, las suaves luces que iluminaban el lugar, los extensos sofás que se encontraban al entrar, e inclusive todos los del personal se encontraban impecables, y delicados.

Todos muy atentos con nosotros.

Al acercarnos hacia la mujer que estaba a cargo de tomar nuestros datos y/o pedidos, enseguida Niall pidió una habitación para nosotros, Harry y Liz también se pidieron un cuarto para ellos, y Liam no se animaba preguntarle a Rebb si quería la misma habitación que Él, hasta que Rebb tuvo que dar el primer paso. Louis y Zayn, se pidieron una habitación cada uno.

A decir verdad, Liam, era un chico muy respetuoso.

— ¡Tanta historia, y después terminan los dos en la misma habitación! —rezongó Harry.

—Que tú y Liz se pidan la misma habitación para tener sexo, no quiere decir que nosotros hagamos lo mismo —murmuró Rebb, lo cual nos dejó boquiabierta a todos.

Enseguida observé como las mejillas de Liz se volvían rojas.

—Entonces eso quiere decir que Niall y Emily también tendrán sexo —inquirió rápidamente Liz, tratando de zafar del tema.

Abrí los ojos como platos.

— ¡Hey! Que nos metes a nosotros —dijo Niall, abriendo con exageración sus ojos.

Pero una sonrisa cómplice no pudo evitar formarse en su boca.

—No sé, sólo digo... aquí la mal pensada es Rebecca. —murmuró Liz.

—Lo siento Elizabeth, pero que diga la verdad no quiere decir que sea mal pensada. —dijo Rebb, negando con la cabeza.

Liz le lanzó una mirada asesina, y enseguida supe que iba a decir algún tipo de comentario en venganza hacia Rebecca.

—Lo siento Rebecca, pero que la verdad sea que quieras tener sexo con Liam tampoco es ser mal pensada... Sólo es la verdad —murmuró Liz, con un tono de satisfacción.

No pude evitar reír, porque a pesar de todo, sabía realmente cuáles eran los pensamientos de mi mejor amiga.

—Eso sí que son los pensamientos de Rebb —dije más para mí misma, que para el resto.

—Ehhh... bueno... yo creo que será mejor que cada uno vea su habitación —inquirió Louis algo intimidado, ya que todos nos encontrábamos allí, pero a mis amigas parecía no importarles.

—Yo también creo eso —dijo Zayn, mientras me regaló una tierna mirada.

Niall cargó sus valijas y las mías hasta la habitación.

— ¡Vamos Horan! Usa esos músculos que se te acaban de desarrollar... —dije esbozando una risada.

— ¡Claro claro! Todo yo... —chilló como un niñito, pero enseguida se miró los músculos y agregó —No se me acaban de desarrollar Bailey...

—Si tú lo dices —susurré con una sonrisa.

Al entrar a la habitación, enseguida mis ojos brillaron al ver lo hermosa que era.

Me topé con una gigante cama cubierta por colchas blancas que caían como cascadas, la cual se encontraba ubicada en el centro de la habitación. Docenas de almohadones la inundaban en tonos que combinaban con todo el cuarto.

Había un gran ventanal, que daba una hermosa vista al panorama al bello país de Irlanda. Los muebles era de roble rustico, pero con un toque de delicadeza. Las lámparas que caían de arriba, con aquella suave luz que desprendían, me encantaba.

—Es increíble. —aquella palabra se escapó de mi boca, mientras mis ojos recorrían todo el lugar.

Niall dejó las valijas sobre la cama, y dio un gran estirón.

— ¿Qué te parece si desempacamos? —acoté.

Él me miró con dulzura, y se acercó un poco más a mí, ya que no nos encontrábamos tan lejos el uno del otro.

—Me parece bien —susurró, y dio un suave beso a mi frente.

Enseguida nos pusimos a desempacar.