Nunca te olvides de mi (NIALL HORAN) |TERMINADA|

Capitulo 36.

Dos semanas después...

Sinceramente no sé, ni imaginó cómo hizo mi madre para que mi padre firmara aquellos papeles, los cuales permitían dejarme salir del país. Por más que yo ya era mayor de edad, con dieciocho años, según la ley de mi país, aún necesitaba el permiso de mis padres. Esa ley debía ser respetada hasta que yo cumpliera los veintiún años.

— ¡Oh por Dios no puedo creer que el viaje se haya adelantado unos días y salgamos hoy mismo! —dijo Rebb, con los ojos cristalinos.

— ¡Rebecca! —grité en modo de reto, mientras me ayudaban a empacar.

— ¿Qué? —preguntó, mientras su voz se entrecortaba.

—No me digas... —comencé a decir.

—Si lo hará... —me interrumpió Liz.

—No tienen sentimientos —murmuró Rebecca, mientras se secaba una, de las tantas lágrimas.

— ¡Vamos, ayúdenme que Niall me matará! —chillé con desesperación.

Salíamos dentro de dos horas, y todavía no había armado mis valijas. No obstante, le había dicho una pequeña mentirilla a Niall. Le dije, que si las tenías.

Sin ningún tipo de desconfianza él me creyó.

De repente, el celular comenzó a vibrar dentro de mis bolsillos. Enseguida lo tomé, y mis oscuros ojos se toparon con su nombre.

—Niall —susurré nerviosa.

— ¿Qué hay con Nialler? —preguntó Liz, mientras empacaba unas camisas.

—Me está llamando...

— ¡Contéstale idiota! —chilló Rebb desesperada.

Enseguida atendí su llamada.

— ¿Si?

— ¡Cariño! –Su tono de voz, sonaba más que alegre.

— ¿Qué pasa lindo?

— ¿Estás lista?

— ¡Claro que estoy lista!

En ese momento mis amigas comenzaron a reír.

— ¿Y esas risas?

—Es... Rebecca... Se ríe de algo que acaba de ver...

Acababa de decir otra mentirilla piadosa.

—Bueno nena... Dile que luego Liam quería buscarla para decirle algo.

Negué con la cabeza.

—Ni creas que se lo diré, llorará todo el día.

— ¡¿Decirme qué?! —saltó Rebb, al darse cuenta de que estábamos hablando de ella.

—Pásame con ella, se lo diré yo...

Puse los ojos en blanco y le di mi celular a Rebb.

Como era de esperarse, se emocionó como una niñilla, al escuchar lo mismo que acababa de decirme Niall, que Liam iba a buscarla para decirle algo.

Ni siquiera sabía lo que le iba a decir Payne, pero ella ya estaba a punto de llorar.

Rebb me devolvió el celular, y Niall me avisó que dentro de un rato me pasaría a buscar.

Luego, mis amigas me ayudaron a terminar de empacar, y se fueron a sus casas a bañarse.

Yo hice lo mismo.

Cuando terminé de bañarme, corrí en busca de mi celular que no había parado de sonar mientras me encontraba empapada con el agua de la ducha. Niall me había dejado tres llamadas perdidas. Lo llamé de inmediato, y me avisó que estaba en camino.

Liz y Rebb ya se encontraban en el aeropuerto.

Me vestí en un santiamén, y luego de unos minutos Niall entró a mi departamento, se acercó hasta mí, me dio un tierno beso, y rápidamente cargó mis valijas en el coche.

Llegábamos tarde.

Luego del trayecto en coche hacia el aeropuerto de diez minutos, llegamos a destino.

Era una locura.

Miles de directioners rondaban el aeropuerto.

Estaban como locas, de aquí para allá, tratando de acercarse a los chicos.

Paul nos estaba esperando por la parte de atrás, así que con Niall nos apresuramos a entrar, mientras que aquel hombre fue muy amable en cargar mis valijas.

—Cinco minutos tarde. —dijo Liz, esbozando una tierna risada.

Cargaron mis valijas al avión, subimos, y salimos directo a Irlanda.

El avión era privado e increíblemente hermoso.

Los asientos eran de dos personas. Como era de esperarse, Liam y Rebb se sentaron juntos, al igual que Harry con Liz, Niall conmigo, y Louis con Zayn.

El viaje no duraba tanto tiempo, estábamos cerca, y viajar en avión era uno de los transportes más rápidos de todos.

Durante el viaje, los chicos se la pasaron con sus computadoras entrando a las redes sociales y todas esas cosas. Niall, en cambio, le pidió a una de las azafatas que le traiga algo de comer, y yo me la pasé escuchando música.

Luego de unas horas, llegamos a Irlanda.