—Planeta Tierra a Emily —murmuró Rebb, chasqueando sus delgados dedos frente a mi cara.
Parpadeé un par de veces, y le sonreí.
— ¿Inundada en pensamientos? —preguntó Liz, un poco preocupada. — ¿Quieres compartir con nosotras lo que pasa por esa cabecilla? —susurró, con dulzura.
Volví a sonreír.
—No me pasa nada —mentí. No quería preocupar a mis amigas, acerca de la situación que hacía referencia con mi padre. —Solo estaba pensando que ponerme para ir al casino —dije, en un tono convincente.
—Pues quiero que sepas que tengo algo especial para ti —dijo Liz, levantándose de un salto.
Se dirigió hacia el gigante placar, husmeó un poco entre todas las prendas que había allí, y finalmente sacó un vestido.
Era de color rosa pastel, y tenía un delicado encaje. Un fino cinto rodeaba la cintura, y el vestido era suelto. Por la parte de atrás, llevaba un cierre, que llegaba hasta cerca de la cintura.
Quedé embobada.
Me encantaba su sencillez y delicadeza.
—Toma —dijo Liz, extendiendo su mano con aquel vestido, hacia mí.
Le sonreí y no lo pensé dos veces antes de tomarlo. Acto seguido, comencé a desvestirme para poder colocarme aquel hermoso vestido.
Quedé en ropa interior delante de mis amigas. Ambas estábamos acostumbradas, teníamos mucho confianza entre las tres, en especial Liz. Ella era muy confianzuda.
—Tendrás que dejar las tortas de chocolate —comentó Liz, mientras buscaba que ponerse.
—Imposible —negué con la cabeza. — ¡Ayúdenme a abrochármelo! —continúe, ignorando por completo el comentario de Liz.
Rebecca se levantó, y se colocó detrás de mí, apoyando sus frías manos sobre el cierre del vestido, las cuales rozaron mi cálida piel.
Liz y yo, teníamos los cuerpos muy parecidos, y era usual compartir nuestra ropa.
— ¡Vamos! ¡Hunde panza! —chilló Rebb, intentando levantar el cierre.
—Es lo más que puedo —dije con un hilo de voz, debido a que me encontraba sin aire.
Rebb contó hasta tres, y finalmente logró cerrarlo, pero rápidamente me di cuenta de lo que dijo Liz.
Oh Dios mío.
Las tortas de chocolate comenzaban a hacerme efecto.
—Por Dios, lo que es esto —Pasé mis manos, por mi barriga.
No tenía una gran panza, pero era un poco más de lo que solía tener. Parecía que acababa de comerme dos tortas de chocolate yo sola. Así me quedaba la panza cada vez que lo hacía. Era una locura. Esas tortas eran mi perdición.
—Parece... —comenzó a decir Rebecca, pero se detuvo en seco.
Clavó sus ojos en mí, y una mirada inescrutable se formó en sus ojos.
No quería imaginar lo que pasaba en su cabeza.
—Necesitas zapatos —dijo Rebb, corriendo al placard de Liz.
En menos de cinco minutos, mi mejor amiga ya me había conseguido unos hermoso zapatos rosa.
—Elizabeth en qué momento te entraron todas estas cosas en tus valijas —pregunté, al darme cuenta de que yo apenas traje unos zapatos de plataforma.
—Magia —dijo ella, con una suave carcajada, mientras terminaba de acomodar su ondulado cabello.
Rebb llevaba un vestido blanco, con un delicado encaje, un poco similar al mío. Este le llegaba un poco menos de las rodillas. Lo usó con unos zapatos plateados.
Liz, en cambio, llevaba puesto un vestido de color coral, corto por adelante y por la parte trasera se alargaba unos centímetros más. Usó unos zapatos de gamuza, en un color marrón claro con plataforma.
Sinceramente ambas nos veíamos muy lindas.
— ¡Que hermosas mujeres! —Retumbó la voz de Niall, por detrás de nosotras. —En especial la del medio —me miró y sonrió.
No pude evitar ruborizarme.
Mis amigas le agradecieron con una sonrisa, y se guardaron sus comentarios.
—Ya estamos listas —avisó Liz.
—Hmm... bueno, nosotros nos cambiaremos ahora mismo —inquirió Niall, retirándose de la habitación.
Rebb fue a su habitación, ya que Liam le pidió ayuda para vestirse.
Y yo fui a mi cuarto, porque Harry tenía que cambiarse.
En el momento en el que entré, clavé mi mirada en Niall, quien se encontraba semi-desnudo. Nada más llevaba unos bóxers negros.
Alcé las cejas, y él lo notó.
Era tan... tan perfecto.
—Lo sé, soy súper sexy —dijo, guiñándome un ojo.
Nuevamente por algún motivo no pude evitar ruborizarme.
Este muchacho me hacía ser una tonta.
« ¿Este muchacho, o el amor?»
Cuando los chicos terminaron de vestirse, rápidamente nos encaminamos hacia el casino donde habíamos quedado. El trayecto fue más rápido de lo que imaginaba, y supuse que fue por las anécdotas que contaban los chicos acerca de lo que les había ocurrido al sacarse fotos con sus fans.
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Nunca te olvides de mi (NIALL HORAN) |TERMINADA|
RomanceNovela de Niall Horan. ✓ TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. ✓ HISTORIA COMPLETAMENTE MÍA. ✓ PROHIBIDA SU COPIA Y/O ADAPTACIÓN. ✓ SI SE DESCUBRE QUE ESTA NOVELA ES PLAGIADA, SE TOMARÁN MEDIDAS ESTRICTAS. ©