Capitulo 1.

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Mientras estábamos recostadas las tres en la cama de Liz, ella rompió el silencio, y fue de nuevo a la misma idea que tenía desde hacía días.

— ¡Vamos Emily! ¡Tienes que acompañarnos a la reunión, por favor! —insistió Elizabeth. —No tenemos quien nos lleve... —continuó, con voz chillona.

—Pero tenemos una hermosa amiga, que tiene licencia de conducir y el coche de sus padres... —me tuteó Rebecca, con una mirada compradora.

—Claro que no. —les respondí a ambas.

— ¡Vamos!... —Liz, siguió insistiendo.

Lo pensé por unos cortos segundos, y rápidamente me decidí.

—De acuerdo... —acepté. Pero era obvio que con una condición. Encima que tenía que llevarlas a ese tipo de reuniones a las que asistían las directioners, y comerme más de una hora escuchando que hablen de esos cinco chicos, que ni siquiera sabía los nombres, era obvio que tenía que pedirles algo a cambio.—Pero con una condición. —les avisé.

— ¡Lo que quieras! —respondieron las dos al mismo tiempo.

Y en ese momento supe, que tendría lo que quería.

—Que me regalen un poster del rubio... —murmuré, con una sonrisa maliciosa.

— ¿Niall? —preguntó Rebecca, algo asombrada por mi pedido.

— ¿A caso me ves cara de directioner? —pregunto, poniendo los ojos en blanco. — No sé cómo se llama, solo sé que Liz tiene un poster que me gusta demasiado... —agregué, mientras le lanzaba una mirada al poster de mi amiga, que se encontraba frente a nosotras.

—Claro que no. —se anticipó Liz.

—De acuerdo... entonces... —comencé a decir, pero la voz chillona de Rebb sonó con fuerzas por toda la habitación.

— ¡Claro que se lo darás! ¡Tienes miles de posters de los cinco!

— ¡Tú también! ¡Por qué no se lo das tú! —se apresuró en responder Liz.

— ¡Porque te lo pidió a ti! —se atajó Rebecca.

En fin, ya no quería oír más gritos de ninguna, así que tomé la decisión más simple de todas.

— ¡Cállense la boca las dos! –les ordené. —O me dan el poster, o se tomarán un taxi para ir a esa puta reunión.

Liz se mordió su labio inferior con fuerzas y enseguida respondió:

—Okey. Tú ganas. —vaciló por unos instantes, y luego preguntó de mala gana. — ¿Cuál quieres?

—El que está allí... —le respondí, mientras señalaba con mi dedo índice, el que se encontraba en medio de dos poster más de los chicos.

Se levantó, despegó el poster de la pared y me lo entregó.

—Está tan bueno... —dije, mirándolo con ganas.

—Ni te sabes el nombre. —masculló Elizabeth.

—Te escuché caprichosa... —le dije en un tono burlón. Me gusta molestarla diciéndole caprichosa, debido a que ella odiaba que la llamen así, más estando enojada conmigo porque le quité uno de sus poster preferidos. —Ah, y por cierto es Harry...

—¡Oh, Fucking Directionator! —chilló Liz.

En ese instante no puede evitar reír.

—Sabes que lo hace para molestarte, tonta... -susurró Rebecca, sin darle importancia a nuestra charla. —Será mejor que terminen esta conversación y vayamos a comer algo que estoy muerta del hambre.

—Baja, y búscate comida del refrigerador. —le ordenó Elizabeth, con un tono completamente serio.

—Bien... —Se levantó y se dirigió a la puerta, pero antes de cerrarla agregó en voz baja: —Caprichosa...

En ese momento comenzamos a las carcajadas, pero enseguida, Liz, mientras paraba de reír, tomó su ordenador portátil y comenzó a buscar noticias de One Direction.

Algo completamente usual de su parte.

Nunca te olvides de mi (NIALL HORAN) |TERMINADA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora