Capitulo 41.

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—Pero si eres tan dulce... —susurró con un tono de voz tan suave, que provocó un escalofrió en todo mi cuerpo.

Él me besó y se fue a bañar.

En menos de media hora partiríamos hacia donde los chicos darían un show.

Rápidamente me cambié, usando simplemente uno jean claro, con una blusa blanca, la cual tenía un delicado bolsillo en el lado derecho. En los pies, sólo usé uno de los tantos pares de zapatillas converse, en blanco, combinando con la blusa.

Aquellas zapatillas eran mis favoritas.

Niall terminó de vestirse, y enseguida nos reunimos con los demás.

Enseguida visualicé que Liz llevaba puesto una calza negra, la cual marcaba su gran trasero, y una linda blusa gris que poseía como estampado un hermoso león dibujado con el color negro. Tenía unos zapatos de plataforma, no tan altos, ni tan bajos, sino más bien cómodos para cualquier mujer.

Rebb, en cambio, usó un delicado buzo de lana en un tono pastel. Era muy sencillo y a la vez bonito. Al igual que yo, tenía unos cómodos jeans, un poco más oscuros que los míos, y optó por unos borcegos marrones muy lindos.

Ambas dos estaban muy lindas.

Los chicos, como siempre, cada uno con su estilo.

Una vez todos listos, fuimos directo hacia donde nos guiaron. Nos subimos a una camioneta, en la que por suerte cabíamos todos, un poco apretados, pero entrabamos, y nos encaminamos hacia el sitio, donde ese día, aquella famosa banda daría el show.

Durante el camino, noté que los chicos se encontraban un poco nerviosos. No era el primer show que daban, pero todos confesaron que siempre sentían esos nervios. Liam, habló sobre la adrenalina que sentía cada vez que tenía un concierto, nombró la mezcla de sentimientos que revoloteaban por su mente al ver tantas personas, al observar como los fans se emocionaban al verlos, al sentir aquel cariño que le daban aquellas personas. Sinceramente no podía explicarlo con palabras, y era inevitable mirar como sus ojos tomaban un dulce brillo con solo imaginar lo que esos muchachos vivían.

Cuando llegamos, el conductor hizo todo lo posible para no toparse con las directioners, quienes ya abundaban en la zona. El lugar estaba lleno, completamente repleto... nunca en mi vida había visto a tantas personas juntas.

Con cautela, y sin llamar la atención de nadie, bajamos y rápidamente entramos al lugar, ubicándonos detrás del escenario.

Solamente se escuchaban puros gritos, chillidos, e incluso se podían apreciar los tonos ahogados en llanto que se desprendían dentro de los gritos. Realmente estaban desesperadas.

Me costaba creer que sea real.

¿Era posible sentir tanta locura por esos cinco chicos?

Sí.

Era posible.

—Esto es una locura —murmuré, mientras mis ojos no podían despegarse de las muchachas y muchachos que se amontonaban cada vez más y más.

Los chicos se estaban preparando para el concierto a unos escasos metros de nosotras. Por lo poco que observé, le estaban colocando los micrófonos, y dándoles algunas indicaciones.

—Sabes todas las veces que estuvimos en esos lugares —dijo Liz, recordando aquellos momentos.

—Oh Dios... —Rebb niega con la cabeza. —Aún me cuesta creer que nuestro sueño se haya cumplido.

—Y a mí me cuesta creer lo que estoy viviendo. Sinceramente es un sueño que pasó mis expectativas —admite Liz, negando con la cabeza.

Y de inmediato mi mente comenzó a procesar las palabras de mis amigas. Francamente yo tampoco hubiese imaginado, que aquel sueño que algún día podría hacerse realidad. Inclusive, muchas veces he sido muy pesimista con ellas, diciéndoles que nunca los conocerán, y blah blah blah.

Pero el mundo da muchas vueltas.

Y la vida siempre nos sorprende.

De repente un grito me hizo volver a la realidad.

— ¡Ellas son mis Crazy Mofos!

De alguna forma la voz de Niall me hizo sonreír, pero sinceramente no entendí a que se refería con Crazy Mofos.

— ¡No sé de qué me hablas! —le devolví el grito.

Niall solo me regaló una gran sonrisa, mientras se dirigían a dar uno de los mejores shows de todos.

Enseguida, supuse que fue en el momento en el cual los fans vieron a los chicos, quedé completamente aturdida de todos los gritos que se oían. Era impresionante. Una locura.

— ¿Ustedes gritaban así? —pregunté a mis amigas.

—No te das una idea. —respondió Rebb, mientras observábamos como comenzaba el show.

El público no nos podía ver, pero los chicos sí, ya que nos encontrábamos a un costado del escenario.

Mientras las voces de los chicos comenzaban a inundar el lugar, enseguida escuché un rito demasiado familiar.

— ¿Esa canción? —pregunté a mis amigas, ya que estaba segura de que ellas me darían una respuesta.

Kiss you —respondió Liz con una dulce sonrisa.

Rebecca cantaba emocionadamente. Su sonrisa no podía borrarse de su rostro.

Estuvimos viendo el show por una hora y unos veinte minutos aproximadamente.

Los chicos tenían que ir terminando, y por lo que oí la última canción que cantarían sería Little Things.

Cuando comenzó la canción, todas gritaban cada vez más fuerte, al punto que tuvieron que hacerlas callar para que se escuchara. Fue muy tierna la parte de Liam, ya que lanzó una dulce mirada a Rebecca. Todos lo notamos.

Y Rebb no pudo ocultar su emoción.

Sinceramente estaba loca por ese muchacho.

Cuando llegó la parte de Niall, él comenzó a acercarse a mí. En ese instante, el corazón latía con tantas fuerzas que creí que saldría por mi boca. Las manos me sudaban, y los labios se me secaron por completo. A medida que él se acercaba, sentí como se me aflojaron las piernas.

Estaba muy nerviosa.

Demasiado

No me imaginaba que iba a hacer.

—You'll never love yourself half as much as I love you ... —cantó Niall, mientras sus dulces ojos azules se encontraban con mi mirada.

Me tomó de la mano, y me acercó al escenario, en donde me vieron todas sus fans. En ese instante, se callaron por completo, y mis nervios aumentaron tanto, que creí que vomitaría allí mismo. Acto seguido, Niall continúo cantando su parte, sin quitar su mirada de mi.

No podía explicar lo que sentía en ese momento.

Mi cuerpo desprendía escalofríos cada dos por tres.

Las Directioners se quedaron boquiabiertas. Si no me equivoco, algunas lloraban.

Y de entrada no entendí por qué.

Una vez que terminó la canción, inesperadamente comenzaron a aplaudir. Y cada vez, a esos aplausos se iban uniendo más y más, llenándome de emoción y alegría.

Harry nos presentó a las tres, nombrándonos una por una. Pero en el momento, que dijo mi nombre, la dulce voz de Niall lo interrumpió llamando la atención de todos.

—Emily es mi novia —dijo sonriendo.

«Esto no puede ser cierto»

¿Acababa de decir, que era su novia?


Nunca te olvides de mi (NIALL HORAN) |TERMINADA| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora