Nunca te olvides de mi (NIALL HORAN) |TERMINADA|

EPÍLOGO

   

Volteé y se dirigía a mí.

Las personas quedaron completamente nulas... al igual que yo.

— ¡JO-DER! —dijo Noha, sobresaltado al igual que todos.

El corazón comenzó a retumbarme en el pecho. Miles de recuerdos y emociones se vinieron a mi mente, mezclándose con locura, llenándome de alegría, conmoviéndome por completo.

Llevaba un traje azul oscuro, casi negro. Su rubio cabello se encontraba alborotado.

Se veía tan bien.

Mi respiración aumentó de tal manera, que sentía como el pecho me subía y bajaba con rapidez, y a la vez brusquedad.

Oh Dios mío.

Era Él. Era el hombre de mi vida, el amor de mi vida.

El padre de mis bebés.

Su dulce mirada se encontró con la mía, y sentí como las lágrimas querían salir de mis ojos.

Respiré hondo.

—Emily... —Se encontraba enfrente mí. Ambos respirábamos con dificultad. Nos encontrábamos completamente conmovidos, emocionados. —Sólo escúchame, y escúchenme todos... —continuó, mirando al público por unos segundos, y rápidamente volvió su mirada a mí. —Necesito, y quiero que me perdones, pero nunca pude saber dónde estabas, y te busqué como loco por todos lados, los busqué todo este tiempo... Y nunca te pude sacar de mi cabeza, estuviste dentro de ella, día, tarde y noche. Pensaba en ti, en el bebé que estabas esperando, y hoy me entero que estoy bendecido por dos hermosos gemelos...

Sus ojos se cristalizaron al ver a Belén, ya que yo la sostenía en mis brazos.

Noha se acercó y le entregó a James sin dudarlo ni un segundo.

En todo el salón había un gran silencio.

Yo seguía sin decir nada. Aún no caía en la cuenta de que el hombre que estaba enfrente mío, no era ni más, ni menos, que Niall Horan.

El amor de mi vida.

—Son iguales a ti —dijo Noha y noté que estaba emocionado.

Miré hacia la mesa en la que me habían asignado, y mi madre y Margarita lloraban al igual que algunas mujeres que se encontraban por allí.

Quería decirle que lo amaba, que yo tampoco podía sacarlo de mi cabeza, que nunca rompí aquella promesa... Nunca me olvidé de él.

Quería decirle que lo necesitaba conmigo.

Lo necesitaba a mi lado.

Pero lo único que salió de mi boca, fue una sola cosa.

—Ella se llama Belén —balbuceé, con la voz cortada, mientras le enseñaba aquella hermosa pequeña.

Él me sonrió y enfocó su mirada en ella.

—El nombre que siempre quise ponerle a mi hija, y tú segundo nombre... —dijo, con una sonrisa.

—Y él es James, como tú... —conseguí decir, tratando de evitar llorar.

Sentía que iba a desmayarme.

Niall se quedó completamente embobado con ambos.

—He leído tu novela... —susurró, con su mirada clavada en mí. —Sé todo lo que has sufrido, por favor, perdóname... —suplicó, mirándome con dolor.