Nunca te olvides de mi (NIALL HORAN) |TERMINADA|

Capitulo 44.

Los cinco chicos se encontraban muy bien vestidos. Demasiado. A decir verdad, todos eran perfectos.

Llegamos, y lo primero que noté fue la elegancia del lugar. He ido a varios casinos, pero nunca a uno tan lindo como este. A decir verdad, sabía perfectamente que en la condición que me encontraba en ese momento, me hubiese resultado imposible ir a un casino como ese.

Mientras entrabamos, tomé a Niall de su brazo, y comenzamos a adentrarnos todos juntos.

Por suerte, no llamamos la atención de nadie.

Todos, a excepción de Niall y yo, fueron directamente a la ruleta. Sabía cuánto amaban mis amigas la ruleta. Y por lo visto, a los muchachos también le gustaba.

Horan y yo, fuimos a sentarnos un poco alejados de los demás, en un cómodo sofá, donde frente a este, se ubicaba una delicada mesa de vidrio cubierta por unas elegantes copas, las cuales contenían bebidas de todos los colores.

— ¿Quieres que vaya a buscar algo para comer? —preguntó él.

—De acuerdo, pero vuelve rápido... —le di un leve beso, y fue en busca de comida.

Comencé a observar todo el lugar. Había muchas personas embobadas con todos los juegos que se encontraban en ese casino. Muy pocas veces, me animaba a apostar, a decir verdad no tenía muy buena suerte en esas cosas. Y no me gustaba perder. Me costaba demasiado aceptar las derrotas.

Me acomodé el cabello hacia un costado, y de repente sentí un escalofrió por mi nuca, al percatarme de que alguien se sentó a mi lado. Muy cerca de mí.

— ¡Zayn! —chillé asustada. —Oh... ¿qué haces aquí? —pregunté, un poco sorprendida.

— ¿No puedo venir aquí? —preguntó con amabilidad, mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

—No... no es eso... —soné demasiado nerviosa para mi gusto. —Es solo que... —comencé a decir, mirando a mí alrededor. Me sentía muy intimidada a su lado. —Niall vendrá dentro de unos minutos, y...

—Y no estamos haciendo nada de malo —me interrumpió de lo más tranquilo. — ¿O a caso Niall tiene celos de mis? —preguntó, acercándose un poco más a mí.

Abrí los ojos como platos.

¿Niall celoso de Zayn?

— ¡No claro que no! —me apresuré en decir. —Eh... ¿a qué has venido? —pregunté, enderezándome en mi lugar.

—Tú no te acuerdas de mí... ¿verdad? —preguntó, casi en un susurro.

« ¿Acordarme de ti?»

— ¿De qué hablas? —pregunté confusa.

—Recuerdas al campamento que fuiste hace unos años atrás, en Bristol...

Fruncí el ceño y mis ojos se cerraron. Enseguida recordé al campamento que había ido a los doce años. Fue una decisión que tomaron mis padres, ya que ellos debían salir del país por sus trabajos, y aparte de eso, yo se lo había pedido, y sinceramente me había esforzado en el colegio por aprobar todas mis materias y quedar libre aquel verano para poder asistir al campamento.

Como olvidarlo.

Fue uno de los momentos más lindos que he vivido. A excepción de los malos episodios que tuve con Beatrice. Una niña pelirroja que quería hacerme la vida imposible. Recuerdo que nos habíamos agarrado de los cabellos, y los profesores nos habían puesto en penitencia, hasta que nos disculpáramos la una de la otra. Lo cual fue imposible de conseguir.

Pero sacando eso de lado, realmente hice muchos amigos y la había pasado muy bien.

E inclusive, por accidente, y gracias a Beatrice, di mi primer beso.

«Pero en fin, ¿Qué tiene que ver Zayn con aquel campamento?»

—Claro que lo recuerdo, pero... ¿Qué pasa con eso?

Una sonrisa cómplice se formó en sus labios.

— ¿Recuerdas el chico que te ayudó a levantarte cuando, Beatrice te empujó de los escalones, y luego volviste a caer besándolo accidentalmente?... —preguntó, sonriendo.

La piel se me erizó por completo.

Era lo que acababa de pensar.

El corazón comenzó a latirme con fuerzas, y llevé ambas manos a mi boca.

Oh Dios. No podía ser cierto.

—No jodas —dije asombrada. Zayn sonrió. — ¿Eras tú?

—Quien más... —murmuró con una dulce risa. —Sabes que ese fue mi primer beso...

—Y el mío —admití, ruborizada.

— ¿Interrumpo? —murmuró Niall mientras se sentaba a mi lado.

Llevaba en sus manos una bandeja llena de camarones.

—No, claro que no amigo —murmuró Zayn, poniéndose de pie. —Es solo, que con Emily descubrimos algo.

— ¿Qué? —preguntó Niall, con un camarón en la boca.

—Con Emily fue mi primer beso —vaciló Zayn, pasando la mano por su cabello.

Niall le lanzó una mirada asesina a Zayn.

Por un momento dudé en decir que también fue el mío, pero no había nada que ocultar. Eso formaba parte de mi pasado.

¿No cierto?

—Y el mío fue con Zayn... en un campamento, accidentalmente... —dije finalmente.

— ¡Qué lindo! —exclamó aquel irlandés, sonriendo con falsedad. No pude evitar sonreír. —Ehhh... ¿Y cómo se enteraron de esto?

—Hace unos días vi una foto del campamento que nos tomaron a todos juntos, y vi una chica muy parecida a Emily, luego recordé que con aquella muchacha había sido mi primer beso, por eso quise quitarme las dudas, así que le pregunté a Emily, si era ella. —informó Zayn, llevando ambas manos a los bolsillos delanteros de su jeans.

— ¿Pero ustedes no se conocían? —preguntó Niall, terminando de masticar el camarón.

—No, ni siquiera sabía cómo se llamaba Zayn —admití, bajando la mirada.

—Qué casualidad —dijo Niall, hundiéndose en el sofá.

—Eh, será mejor que me vaya, Harry me está llamando hace un rato —murmuró Zayn, dirigiéndose a Harry.

Niall se cruzó de brazos, y arqueó una ceja.

— ¿Pasa algo? —pregunté, mirándolo con el ceño fruncido.

—Nada, que me va a pasar. Me acabo de enterar que el primer beso de mi novia, fue con uno de mis mejores amigos... ¿Qué crees que me pasa? —dijo con la voz de un niño.

No pude evitar reír.

—No me digas que... —intenté decir, pero la risa no me lo permitió.

—No te rías, porque no me causa ni un poquitito de risa —masculló Niall, tomando una de las copas.

—Por favor Horan —me acerqué a Él, y le quité la copa de sus manos. —Ahora estoy contigo, y te amo a ti, a nadie más... —lo miré fijamente. —Aquel beso con Zayn fue accidentalmente.

Me abrazó, y me dijo que me amaba.

Sus labios se encontraron conmigo, y se fundieron en el beso más dulce que di en mi vida.

A decir verdad, no nos íbamos a pasar toda la noche allí sentados, así que nos paramos, y fuimos a divertirnos un poco.