Cap. 21 Dereck

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No entendía que estaba sucediendo, un segundo estaba en uno de los mejores momentos de mi vida y al otro veía a Evans fuera de sí. Cuando salimos del hospital intente hablar con él pero parecía no escucharme así que intente agarrarlo del hombro para que me hiciera caso, gran equivocación, justo en ese momento soltó un grito diciendo que no lo tocara lo cual hizo que me alarmara. Pensé que estaba enojado, pero no entendía la razón, ¿Qué hice para que se enojara? Y cuando volteó no encontré la mirada de furia que esperaba, en su lugar vi miedo en sus ojos ¿miedo a que? ¿A mí?

-por favor Derek... no te me acerques.

Eso me confundió todavía más, a pesar de mi preocupación, decidí respetar lo que él quería, pero por una vez... no estoy por completo seguro de si esa es la decisión correcta.

Subimos al auto, ya voy en el asiento del copiloto debido a la petición de Evans, echo unos vistazos a sus acciones por el espejo, su mirada sigue igual: muy nerviosa, aterrada pero de alguna forma... es como si enterrara algo, me parece que no tengo otro método para describir cierta expresión, está ocultando algo. También se rasca los brazos, lo suficiente para dejar marcas rojas que van de desde sus codos hasta sus muñecas y, de vez en cuando van un poco más alto o bajo, a sus hombros y a la parte de arriba de su mano.







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Regresamos a casa, cuando llegamos Alexis subió a su cuarto lo más rápido que pudo y se encerró ahí azotando la puerta. Me preocupé demasiado, a veces oía algunos ruidos ahí dentro aunque no su voz, ni una palabra, ni un grito o un susurro... absolutamente nada proveniente de su boca. En si los ruidos eran de golpes, no de cosas duras como madera o vidrio, eran más secos, tal vez una almohada o ropa.

Se supone que al regresar íbamos a comer, así que me atreví a tocar la puerta. No obtuve respuesta. Entonces toqué una vez más, ligeramente más fuerte que antes, quizá se había quedado dormido, aunque no lo creía debido a que los ruidos secos seguían. Fue cuando decidí hablar, procurando que el nivel de mi voz sonara relajado, jamás creí que algo como eso se me hiciera tan difícil.


-Evans... ¿te encuentras bien? Ven a comer algo, tú necesitas-

-¡LARGATE!


Fue la respuesta que recibí a cambio, el tonó que uso me alertó más, traté de tranquilizarme e insistirle.


-Por favor, tienes que hacerlo por-

-¡DIJE QUE TE FUERAS!- y algo golpeó la puerta desde adentro. Me rendí y me fui a mi cuarto también.


Pero no pude tranquilizarme, quiero saber que pasa en ese cuarto. La idea de que se lastime me aterra, he leído libros de psicología antes, pero eso no me hace psicólogo. Creo que es un ataque de pánico, pero no estoy seguro
No entiendo del todo la mente de las personas, mucho menos la de la persona que se supone quiero, no sé qué debo hacer. No lo conozco, no puedo ayudarlo, y eso me frustra.

Es entonces que se me ocurre una idea.

No lo conozco, pero sé de algunas personas que sí. La primera persona que se me cruza por la mente es Masner, solo que 1) yo lo odio, 2) él me odia, 3) no tengo su número y 4) probablemente él tampoco sepa muy bien qué hacer. Luego pienso en sus padres, serían la opción perfecta solo... que entre ellos y Ale aun hay un ambiente muy pesado. Y así únicamente hay una opción la cual si está registrada entre mis contactos.

Solo Soy Un Adolescente (Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora