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Hoy me desperté como cada día: acostumbro a programar el stereo a las 7.30am en "K-Love", mi estación de radio favorita.

Como siempre, se oía a Steve Anderson recibiendo llamados telefónicos de fans.

Tuve un pequeño debate interno: ¿Realmente quiero levantarme con este frío e ir a clases?

Finalmente me ganó la conciencia y me decidí por ir a clases. Maldita conciencia.

Me estiré lo máximo que mi cuerpo me permitió y me levanté de mi cama, para despertar a Toffee.

— Hey, Toff — susurraba mientras movía su hombro con mi mano derecha —. Despierta, ya son las 8.00am — mentí. Pero no hubo resultados. Su única respuesta fue un gemido y un manotazo.

— muy bien. — tomé mi ropa y entré a la ducha. Me arreglé, peiné y cepillé mis dientes.

Antes de salir hice un último intento.

— Toffee, levántate, tenemos clases. — pero no hizo caso.

Simplemente tomé mi bolso y mi agua mineral. Abrí las cortinas y apagué el stereo.

Salí al pasillo y caminé sola hacia la sala de matemáticas.

Para ser la primera clase del día fue agotadora. Ugh, no soporto al profesor Gauss, es tan.. Estúpido. Me he dado cuenta de que siente un odio especial hacia mí. Estoy segura.

Hoy estuve todo el tiempo con Niall. Aunque conozco a estos chicos hace tan sólo un mes, él y Harry se han vuelto personas importantes para mí; paso con ellos todo el tiempo. Por ejemplo hoy, me pasé todo el primer receso conversando y jugando con ellos dentro del salón de historia, ya que afuera hacia tanto frío como nunca.

Al terminar el receso — corto, por cierto — nos movimos con todas nuestras cosas al salón de ciencias. Se encuentra en el mismo edificio, por lo que no tuvimos que exponernos al frío de afuera.

Fue extraño; Apenas crucé la puerta del salón, para entrar con mis cosas, Megan se levantó de su asiento y se paró frente a mí — como siempre, Johanna la seguía a todas partes. —. Simplemente la miré extraño, la verdad no tengo el menor interés en simpatizar con ella, desde lo que sucedió la semana anterior.

                                                                ***

"la semana anterior": Recuerdo eso. Aunque no estaba escrito en el cuadernillo, conocía la historia claramente: Era un día de lluvia, en que Key había tenido que atravesar todo el instituto y entró toda mojada a la clase. Harry y yo notamos que moría de frío y su cabello no dejaba de gotear, entonces yo le entregué mi chaquetón y durante el receso Harry compró un café para ella.

Megan no dejaba de observarnos en la cafetería. Finalmente se dirigió hacia ella y con una sonrisa enorme le dijo que era como una niñita estúpida, tal cual. En realidad fue muy extraña su reacción, pero Key no le dio importancia. Jamás le daba importancia a los sucesos desagradables. Simplemente se alejaba de aquello que no le gustaba sin causar el más mínimo problema.

Continué mi lectura..

                                                                 ***

Simplemente la miré extraño, la verdad no tengo el menor interés en simpatizar con ella, desde lo que sucedió la semana anterior.

Como sea, no le di importancia y seguí caminando hacia mi asiento, pero la chica se paró en frente mío, como siempre con un chupetín en la boca, su cabello repartido sobre sus hombros y sus ojos tan delineados, que a penas se veían.

Me miró fijo mientras movía su chupetín de un lado al otro y cruzaba sus brazos.

— ¿Me dejarías pasar? — Sonreí irónica y ladeé mi cabeza.

— uhm, no. 

— deja de ser tan inmadura, ¿si? — reí despacio. — en serio te queda mal.

— tu opinión no me interesa en lo más mínimo, cariño. 

ver tu rostro todos los días tampoco es de mi interés — pensé. Pero no pensaba tener esa actitud, por lo que mi única respuesta fue: — claro, como sea. — me limité a correr su cuerpo un centímetro para darme espacio y sentarme. Pero la chica reaccionó.

— Hey — tomó mi brazo con la fuerza suficiente para que mi cuerpo se volteara y nuevamente tuviese que mirarla. Suspiré, harta de su actitud. — ¿Eres estúpida acaso?

— ¿Disculpa? — regañé, mirándola despectiva.

— ADEMÁS SORDA. ¿Qué clase de hermanastras interesadas se busca Daniella? — presionó mi brazo de forma leve, probablemente para atemorizarme, o algo.

— Dios, Megan. Eres patética. — suspiré nuevamente.

— ¡DEJA YA DE METERTE CON MIS AMIGOS! — subió un poco el tono de voz, y enfatizó en 'mis'.

Si antes no llamó la atención del resto de la clase, con eso fue suficiente. No puede ser, pensé.

— Bueno ¿Qué sucede aquí? — habló una voz con carácter. Todo el mundo se volteó, incluyéndome: era el Profesor Coll, acababa de entrar en el salón. — se sientan todos y solucionan sus problemas de amigos fuera de mi clase, ¿queda claro?

— Sí — respondió todo el mundo y tomaron asiento.

Al fin Megan se movió y se sentó en su lugar, como siempre seguida por Johanna.

Recorrí el salón con los ojos: Al lado de Megan y Johanna estaba Brandy, quién me miró, como si pidiera disculpas por el comportamiento de su amiga. Casi como si la culpa fuese de ella. Todos murmuraban y miraban a Megan y luego a mí.

Odio llevar tan poco tiempo aquí y ya tener problemas así.

Me senté y abrí mi libro en cualquier página, durante la clase no puse atención, no miré a nadie, no conversé. La verdad es que sólo pensé en tonterías. No me sentía muy bien; me dolía el estómago y estaba un poco mareada.

Al sonar el timbre me levanté y crucé el pasillo hasta el final. Quiero ir a mi habitación, descansar un rato, ver si Toffee irá a las próximas clases y luego ir a almorzar. Una vez estuve parada frente a la puerta, dejé mi bolso en el suelo y me agaché para escarbar en él y sacar mi llave.

Aun no la encontraba cuando la puerta se abrió frente a mí y un par de pantuflas de perritos me miraban. Subí la mirada, Toffee ya estaba vestida, peinada y maquillada. Sólo sus pantuflas le impedían salir.

— Hey — sonreí.

— hey. — sonrió también. — ¿no vas a almorzar?

— uhm... no aún. — me levanté del suelo con mi bolso y pasé por su lado, entré a la habitación y me senté sobre mi cama deshecha. — Dios, estas medias me están matando. — me quité las medias negras que llevaba y vi más de un moretón en mis piernas. — qué extraño. — Hace un tiempo me sale uno u otro de vez en cuando, ahora eran 3 o 4.

— ¿Qué cosa? — preguntó Toff y se sentó a mi lado.


Eternidad (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora