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Al llegar a la playa nos dimos cuenta de que el show musical ya había comenzado; Una pelirroja que cantaba espectacular, se había robado toda la atención de la gente. Estaba sentada en una silla, que a su vez se encontraba sobre una tarima de madera en medio de la arena, la chica cantaba a capella y, ¡Cielos! Cada vez que subía el tono de su voz se me ponían los pelos de punta, era increíble. 

— Cuánto talento. — Solté, casi en un murmullo. Niall me miró y una risita que casi no sonó salió de su boca. ¿Qué tenía de gracioso? 

— Ven, busquemos al resto. — Y sin esperar una respuesta, tiró de mi mano para comenzar a caminar. De sólo pensar en llegar tomada de su mano frente a, no sólo nuestros amigos, sino toda la generación, me ponía más nerviosa que nunca, ¿Qué pensarían?

Encontrarlos nos tomó cerca de diez minutos, metiéndonos entremedio de la multitud y diciendo constantemente permiso, lo siento y gracias, dependiendo de cómo estuviesemos molestando a las personas. Cuando llegamos a donde se encontraban - a un costado del escenario - ellos sonrieron al vernos y siguieron viendo la función, sin darse cuenta de ningún cambio entre nosotros, lo que, para ser honesta, me alivió bastante. Me acerqué a mis chicas y me paré junto a ellas.

— Qué bueno que volviste — Comentó Brandy y me regaló una linda vista de todos sus dientes, perfectamente blancos y alineados. — No quiero volver a escuchar que Megan te arruine el día, ¿está bien?

— Nunca jamás, lo juro. — sonreí y Toffee me rodeó con un brazo y a Brandy con el otro. 

— Qué bueno que has aprendido. — dijo. — Y que Niall te haya convencido de volver. Sabía que podría hacerlo. — agregó, guiñándome un ojo. 

— A propósito.. — Hice una pausa, dándoles un momento para deducir qué diría, porque no tenía ni una sola idea de cómo decircelos. Tardaron dos segundos en entenderme y sus ojos y bocas se abrieron como platos.

— No me digas. — Susurró Toff. — ¡No me digas, no me digas, no me digas! — terminó gritando, yo sólo asentí con la cabeza, sonriendo tímida y las dos comenzaron a gritar y reír, me rodearon entre las dos y comenzamos a saltar juntas, como unas lunáticas. 

Miré de soslayo a Niall, que me miraba sonriente desde su lugar, dándose cuenta de lo que estaba pasando entre nosotras. Le mostré la lengua y él me devolvió el gesto y, de alguna manera me di cuenta de que también me había guiñado un ojo, a pesar de tener puestos sus lentes oscuros. 

Justo luego de eso mi mirada se cruzó con la de Megan, quien miraba a Niall y luego a mí, sin ninguna expresión en su cara... o nada que yo puediese descifrar, porque esa chica es verdaderamente indescifrable, jamás sabré qué piensa y mucho menos qué siente. Niall se acercó a mí y me rodeó por la cintura con sus brazos, luego me besó en la mejilla, provocando un sonoro "aaawwww" a coro de todos nuestros amigos. Entonces volví a mirar a Megan, le guiñé un ojo y sonreí, dispuesta a recibir cualquier cosa como respuesta, pero no imaginé que sólo desviaría la mirada, Wow. Eso me gusta.

Unas horas más tarde fue el turno de mi chico, como le había llamado Louis en una ocasión durante las presentaciones de la mañana; Niall no dejaba de molestarlo y encaramarse sobre su espalda, para desordenarle el cabello y taparle la cara, entonces Louis se acercó y me dijo que por favor controlara a mi chico, que se comportaba como un niño, a lo que le respondí que él en realidad era un niño y todo se rieron.

Al llamado, Niall se dirigió muy rápido al escenario de madera y subió por la escalita del costado. Una vez arriba, recibió una guitarra acústica de uno de los encargados del sonido y se sentó en esa silla que tantas personas talentosas habían usado durante el día. 

Eternidad (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora