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Sentí cómo me sonrojaba de a poco. Miré al suelo y comencé a mover mis dedos. Soy tan tonta cuando estoy nerviosa. sáquenme de aquí, pensaba. De pronto comenzó a correr mucho viento, se oyeron un par de truenos y de inmediato comenzó a llover de forma torrencial.

— ¡Dios! Nos vamos a empapar — puse mis manos sobre mi cabeza, como intento de mantenerme seca. Pero fue en vano, pues caía demasiada agua.

— Ven aquí. — tomó mi mano y comenzó a correr en dirección al campus. No me pareció una buena idea, pero no tenía opción, más que seguirlo. Algún plan debía tener.

— ¿A dónde vamos? — exclamé aun corriendo. Pero no me oyó, o simplemente no me hizo caso.

Después de correr por dos o tres minutos seguidos bajo la lluvia, llegamos a la entrada trasera del gimnasio.

— ¿Aquí planeas esconderte? — pregunté un poco burlesca una vez que estuvimos dentro. Ahí todo estaba tranquilo, sólo se oían las gotas caer sobre el techo. Muy alto, por cierto.

— exacto. — respondió con la mirada perdida, como si buscara algo. — no hay nadie aquí. Los viernes no hay deporte para ninguna clase.

— ¿absolutamente ninguna clase? — algo me estaba molestando. Pronto noté que era mi cabello, que no dejaba de gotear. Me hice una cola con las manos y lo entrujé lo más que pude, luego lo solté.

— no, ninguna. — respondió Niall un poco distraído. — espérame aquí un momento. — me dejó por un par de minutos y luego lo oí volver.

— ¡Key! — esperen, ése no es Niall.

— ¿Harry? — abrí mis ojos como platos a penas me volteé a verlo.

— ¿Qué haces aquí? — no alcancé a formular una respuesta en mi mente y entonces volvió Niall. Ésta vez si era él.

— hey Harry, ¿Qué hay? — saludó de manera tan relajada, que me pareció absurdo.

— hey, todos los están buscando. — ¿Qué querrá decir con "todos"? — Hace 3 horas deberían haber entrado a la clase de física con sus pases.

— lo sé. — contestó Niall. ¡Qué rayos le pasa! ¿Por qué está tan tranquilo?

— ¿Lo sabes? — Preguntó Harry. Estaba tan pasmado como yo, por la reacción de Niall. — ¿simplemente lo sabes? — de pronto me miró a mí con el ceño fruncido. No hice más que sonreír nerviosa y encogerme de hombros. ¿Qué se puede esperar de mí? Definitivamente no sirvo para estas cosas. Por eso es que cuando me piden pase de retraso en alguna clase, simplemente voy a conseguir un pase y no capeo la clase con un chico lindo, yéndonos a un riachuelo desconocido y luego al gimnasio. — ¿Al menos tienen alguna excusa? — continuó Harry, intentando quitarnos un problema de encima.

— Nop — El rubio me miró, casi podía ver un cartel sobre su rostro: "espero que se vaya" — pero Harry, es sólo una vez — se excusó de pronto. — además es Viernes. A nadie le va a importar. — agregó y luego sonrió con ojitos tiernos, provocando que Harry se rindiera y dejara de preocuparse.

— Espero que no se metan en problemas, chicos. 

Volvimos al campus. Al parecer Niall tenía razón; nadie, a excepción de nuestros compañeros, nos miró raro ni dijo nada al respecto.

Al llegar a mi habitación cerré la puerta detrás de mí y me lancé sobre mi cama boca abajo. Tenía bastantes pensamientos y necesitaba organizarlos dentro de mi mente.

— ¿Key? ¿Tienes algo que decirme? — di un saltito al oír a Toffee. Habría jurado que estaba sola en la habitación. Levanté mi cabeza. Ella estaba apoyada en el marco de la puerta del baño, de brazos cruzados y una mirada que intimidaría a cualquiera.

— Toff — suspiré. — me asustaste.

— Ajám — asintió. — ¿Dónde estabas con Niall? — preguntó aun seria y enarcó una ceja. Se acercó con sus brazos en la misma posición y se sentó sobre mi cama. — ya, cuéntame qué pasa entre ustedes. — sonrió pícara.

Me incorporé sobre mi cama y me senté cruzando mis piernas. Miré a Toffee de tal manera que le hiciera sentir que estaba loca.

— ¿Qué quieres decir con "entre ustedes"? — reí, haciendo comillas con mis dedos.

— Key, sabes de lo que hablo. Se nota "eso" — insistió. ¡Dios!

— Toff, Toff, Toff — hablé, negando con la cabeza. Como si la chica no tuviese remedio alguno. — No hay un "eso" — enfaticé en el mismo tono que ella — entre Niall y yo. ¡Por favor! — reí irónica e hice un gesto para restarle importancia.

— OK — terminó con la discusión, no muy convencida.

Nada convencida, en realidad.

Como si realmente existiera un "eso" con él. ¡Qué cosas entran en la mente de esta chica! 

— Como sea, tengo una noticia mala, una buena y una increíblemente emocionante — informó aumentando cada vez más el volumen de su voz y terminó moviendo sus manos de forma graciosa. Reí y le pedí que hablara:

— muy bien, comienza por la mala 

— bueno. — suspiró y puso cara de funeral. — llamó Will hace un par de horas. — Dios, que habrá pasado. Sentí mi corazón andar un poquitín más rápido.

— ¿Pasó algo? — pregunté alarmada.

— no, tontita — rió. — sólo quería ver tu reacción. — mi cuerpo se relajó automáticamente.

— estúpida. — refunfuñé. — bueno, dime qué dijo.

— Que durante el fin de semana no habrá nadie en casa. Por lo tanto tendremos que quedarnos aquí en el campus.

— ¿Sólo eso? — Toffee asintió con la cabeza — ¡Pf! Creí que era una mala noticia — reí — mientras no tengamos clases durante el fin de semana, todo está bien, ¿no?

— ok, la noticia buena es... — se levantó de la cama y tomó un papelito del escritorio. Se acercó nuevamente mostrando el papel en sus manos y haciendo como si hubiese música de fondo — ta ta ta tán — finalmente me entregó el papel y exclamó: — ¡Campamento!

— ¿de veras? — Pregunté entusiasmada — Toffee me indicó el papel con el dedo y ordenó:

— Léelo — nuevamente se sentó frente a mi. Miré el papel y leí:

"Estimados alumnos: Como ya es tradición, cada año el instituto realiza un campamento en la playa de Lake district para los alumnos de segundo, tercer y cuarto año.

Dicho campamento se realizará la primera semana de Septiembre del presente año" — el resto de la escritura era sólo basura (requisitos, necesidades, etc). Increíblemente, he estado en otros campamentos anteriormente, pero jamás en la playa.

— ¡wow! Toffee, esto es genial — comenté emocionada a más no poder.

— espera, aun falta la mejor noticia de la historia de las buenas noticias — afirmó.

— Ok, dime qué es. — sonreí.

— ¡tendré una cita! — exclamó feliz y yo automáticamente grité de alegría y me levanté para abrazarla. Ambas comenzamos a brincar, pero unos golpes en la puerta interrumpieron el feliz momento.

Toffee abrió la puerta y de inmediato supe quién era.

— ¿La señorita Johnson? — habló un hombre firme y serio.

— Key — habló Toffee y me miró asustada. Sabía que pasaría esto.

Simplemente tomé mi bolso y me dirigí a la puerta.


Eternidad (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora