23

5.8K 304 18
                                    

Toffee y yo dimos un respingo.

— ¡Brandy! Qué susto. 

— Si, no importa. — Suspiró y se fue a sentar directo a mi cama. — ¿Cómo es eso de que Mathias te besó? ¿Estás hablando del Mathias que creo que estás hablando? ¿Mathias Hornmann?

— Ah... — En realidad sólo conocía su nombre de pila. — No tengo idea. Pero supongo que sí. Es de otra sección, un chico alto, ojos color miel, está un poco loco... — Ya no sabía cómo más describirlo.

— Aléjate de él, Key. — ¿Y ahora qué le sucede?

— ¿De qué estás hablando Brandy? — preguntó Toffee.

— Mathias Hornmann es un coleccionista de chicas. Es de los que se fija un objetivo y las busca como un loco, hace cosas lindas, las invita a salir, las lleva a lugares bonitos y cuando al fin la tiene, se aburre y la deja. 

Puse los ojos en blanco, harta de él. Apenas lo había conocido hace un día y ya me estaba causando problemas, ¡Dios! 

— Key, por favor no caigas. Está bien, quizá te besó y debió ser lindo y todo, pero ¿y qué pasa con Niall? ¿No te gustaba él? Te aseguro Key, que es mucho mejor. — Tomó mi mano entre las suyas y me miró con una tremenda preocupación en sus ojos. — Mathias puede ser el más lindo del mundo ahora, pero te va a usar, amiga. — No pude evitar reírme ante sus palabras. 

— Brandy, que le odio. — reí. — Sí, me besó, pero lo envié a freír monos de inmediato. ¡Es un patán! — Su expresión cambió automáticamente y, mirando al cielo, suspiro aliviada.

— ¡Qué alivio! — suspiró. — Eres muy inteligente, chica. 

— De todas formas y sólo por si acaso, ¿eh? — Hablé muy despacio. — Que se les ocurra a alguna de las dos comentar esto con alguien y les corto las tetas. — Terminé, apuntando a mabas con mi dedo índice.

Las dos reventaron de la risa, seguido de un "como digas". 

Seguimos riendo por mi comentario, que sabíamos iba en serio, pero la forma en que lo había dicho fue pensada para hacerlo cómico, claro y decidí olvidarme de la escenita. Fue sólo un patán más que, por desgracia, apareció en mi vida. Pero suerte que desapareció de inmediato, pues ya no sería algo que me importara recordar. 

El día pasó simple y aburrido, casi no vi a Niall, sólo en el almuerzo, puesto que las actividad de hoy estaban programas  por rama, es decir, las chicas por un lado y los chicos por el otro. La más afectada fue Brandy, que aseguraba que mirar a chicos guapos hacía bien para la salud. Cuando todos sabemos que en realidad es una coqueta innata, y es por lo mismo que quizá ella y Harry se gustan mutuamente, ¿no? Si ambos son iguales.

Apenas cayó la noche me puse mi pijama y me metí en la cama. Habría una fiesta, pero no tenía ganas de ir, no me sentía para nada bien y necesitaba descansar. 

Toffee y Brandy, por su parte, se dedicaron a elegir ropa bonita y un buen maquillaje para lucir y dejar babosos a sus chicos, como decían. Yo me encontraba sentada sobre la cama, leyendo una novela que encontré una vez en los estantes de mi casa en San Clemente, recuerdo que la primera impresión que tuve del libro no fue buena, pensaba que sería aburrido, además de la cantidad de años que revelaba el aspectos de sus hojas, pero Mimi insistió en que debería leerla, que me encantaría y que luego se lo agradecería y, hasta hoy, no había tenido la oportunidad de leerlo. 

De vez en cuando las chicas me preguntaban mi opinión, pues ya se habían aburrido de insistir en que fuera a la fiesta y que les siguiera diciendo que no iría, que estaba cansada y que quería dormir para mañana tener más energía. 

Eternidad (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora