43

5.1K 263 7
                                    

Noviembre...

Ya llevo dos meses de tratamiento y las cosas no van muy bien. El Doc dijo que las quimioterapias no han surtido mucho efecto, todo esto debido a lo tarde que me detectaron el cáncer. Si ya me estaban volviendo loca antes, no me quiero ni imaginar cómo será ahora que serán más fuertes las dosis para que funcione. Además, ya está comenzando a suceder eso que tanto temía: La caída del pelo. Me he reusado a cortarlo por mucho tiempo, pero ya es poco el que me queda y supongo que tendré que hacerlo de todas formas, tarde o temprano. 

Niall no ha dejado de estar a mi lado todo el tiempo. Hace un par de días mencionó la loca idea de dejar la escuela para poder dedicar más de su tiempo en acompañarme, pero le dije que esta loco. ¿Cómo va a dejar la escuela? ¿Y atrasarse todo un año? ¡No, Señor! Sólo esperaba que no estuviese muy estresado, sobretodo ahora que vendrían las pruebas y exámenes finales. 

Por mi parte, he sentido el inmenso apoyo que me ha dado el Colegio; Ellos me hicieron un calendario especial para poder rendir los exámenes sólo los días que pueda y así estudiar en casa. Además de eso, han hecho campañas de apoyo, todos mis amigos me van a ver cada vez que pueden y Toffee me consigue las materias de cada día. 

Tengo días y días: Algunos quisiera dejar todo el tratamiento y esperar a morir, así podría disfrutar más y mantener mi pelo largo, como me gusta. Pero finalmente me termino de convencer de que mientras más luche, más rápido terminará todo y podré disfrutar de todas formas, y claro... seguir viviendo. Pero por el contrario, hay días en que me despierto con más ganas de vivir y seguir luchando contra la perra de Leucemia, dejar de lado las preocupaciones y mantenerme fuerte. Es en aquellos días, que me tomo más tiempo del necesario para levantarme, arreglarme y lucir bonita, entonces voy a clases como si fuese un día normal. Lamentablemente no puedo hacer eso cada vez que me plazca, pero trato de ir al menos una vez a la semana si es posible, de todas formas termina siendo una visita a mis aimgos y profesores, más que un dia de clases en la escuela, porque me dedico a conversar con todo el mundo, contarles de mí y saber de ellos. Siempre me acogen muy bien y se preocupan mucho, me encanta, 

Mimi ya vino a verme, estuvo aquí durante tres semanas del mes pasado y ahora viaja a Londres cada dos semanas sin atraso ni excepción. En un principio las cosas entre nosotras no estaban muy bien, pues las dos seguíamos molestas la una con la otra, pero nos dimos cuenta de que en realidad estamos contra el tiempo y deberíamos disfrutar más de nuestra compañía en vez de estar peleadas o sentidas. Lo mismo sucede entre ella y Will, por mucho que ella no lo admita, se están llevando mejor. Al menos se aguantan por más de una hora. 

Mayra ha insistido repetidas veces en que se aloje en casa con nosotros, pero Mimi es terca y no ha querido, de todas maneras siempre le agradece por todo el apoyo... al final de todo, Mayra no es exactamente parte de mi familia y mucho menos de la de Mimi, pero nos ha apoyado en todo momento y siempre hace lo posible por aportar en lo que pueda. 

Hoy es uno de esos días malos. No he podido dormir en toda la puta noche por el dolor de huesos que me da la quimioterapia y todos esos malditos remedios. Me levanté por la mañana y la casa estaba por completo vacía. Ni un alma habitaba ahí a excepción de mí. ¿Qué rayos? ¿Dónde se ha metido todo el mundo?

Me asomé por una de las ventanas de la sala: Estaba empañada y afuera llovía, con pinta de nunca terminar. Qué frío hace, Dios mío. 

Corrí escaleras arriba y me metí de nuevo bajo las sábanas; mucho mejor. Mi teléfono comenzó a sonar, recordándome que era hora de tomar los medicamentos. Cómo me gustaría dejar de tomarlos y olvidarme de todo. Definitivamente no será un buen día. 

Ya sería hora de ir a la clínica por una nueva quimioterapia, a sufrir nuevamente de dolor de huesos, quizá vómitos, quizá fiebre, no lo sé. Cada día es una sorpresa últimamente. Me metí al baño y dejé correr el agua de la ducha, mientras que ésta se calentaba me quitñe la ropa y me miré en el espejo: Una chica delgadísima, con una pequeña bolsita debajo de cada ojo, mirada cansada, poco cabello, paliducha me miraba desde ahí. Casi me veía en blanco y negro a través del cristal. No sé en qué momento ha pasado esto, pero esa chica definitivamente no soy yo. Me he convertido en una persona sin fuerza, sin ganas, sin ánimos. Diablos. 

Me metí debajo del agua antes de largarme a llorar como la nena en la que me he convertido el último tiempo y descansé bajo el vapor y las gotas que me envolvían. ¿Sería posible retroceder el tiempo, por favor? Quisiera haberlo aprovechado aún más. Quisiera haber viajado a Londres unos tres años antes, para haber vivido aquí por más del tiempo en que estuve sana, de todas formas en San Clemente no me perdí de mucho.

Al salir del baño, me vestí con lo primero que encontré y bajé a la cocina a tomar desayuno, esperando que al menos el comer suficiente y muy sano me ayudara a recuperar mi peso y la fuerza de mi cuerpo. 

—Hola, princesa. —Habló la voz de mi novio detrás de mí y un beso se alojó en mi mejilla derecha. Me volteé, quedando muy pegada a su cara. —Vaya, ya te has levantado y todo. —Sonrió. Tomó asiento a mi lado y me observó unos segundos. ¿Qué hacía en casa un día de semana?

Termine de tragar la avena que tenía en la boca y hablé: —¿Qué haces aquí? 

En vez de responder hizo un puchero, provocándome ternura y ganas de derretirme ahí mismo. Solté una risita y acaricié su mejilla. —Me refiero a que deberías estar en la escuela. A todo esto, ¿Cómo diablos entraste? 

—Will me llamó temprano, él no podrá pasar por ti, así que yo mismo te llevaré a la clínica. —Me guiñó un ojo. —Y por supuesto que entré por la puerta. —Bromeó.

—Muy gracioso. —reí pesada. Me metí la última cucharada de avena a la boca y me levanté del comedor de diario para meter el plato en el lavavajillas. 

—Me dió las llaves, tontuela. —Se acercó a mi espalda y me volteé, quedando entre su cuerpo y el mueble. —Hola. —Susurró cerca de mis labios. —Eres muy linda, ¿te lo habían dicho antes? 

Bajé la mirada hasta sus manos, que tomaron las mías, entrelazando nuestros dedos. Asentí con la cabeza. —Mi novio me lo dice bastante. —Respondí risueña y volví a mirarlo. 

—Pues tu novio tiene razón. —Se rió también. Tomó mi cara entre sus manos y me dió un beso dulce, delicado, lento... es en éstos momento en que pienso y llego a la conclusión de que quizá sigo aquí por Niall, por poder seguir a su lado, por no compartirlo con nadie más, por verlo sonreír, reírme de sus bromas -que no siempre son muy buenas -, por darle tantos besos como me sea posible... siempre la misma maldita conclusión: Niall. Sigo aquí por Niall. 

—Te Amo. —Soltamos al unísono. Y nos reímos como un par de tontos. 

—Ya es hora de ir al Doc. —Mencionó, aún pegado a mí. Negué con la cabeza y bajé mi cabeza hasta tocar su hombro con mi frente y ahí me quedé.

—No quiero ir. Odio las quimioterapias. —Me tomó del mentón y con un dedo me hizo levantar la cabeza. 

—Mientras antes vayamos, antes volveremos. —Sonrió. A veces me pregunto si en algún momento descansa de ser tan perfecto. Digo... debe ser cansador, ¿no?

—¿Me seguirás queriendo cuando me quedé sin cabello? —Pregunté, sin importarme el cambio de tema, de todos modos el tópico era mi enfermedad y de todo lo que hablábamos últimamente era de cualquier cosa relacionada a ella. 

Niall entrecerró sus ojos y frunció el ceño: —¿Esa pregunta va en serio? —Cuando me mira así me hace sentir pequeña y tonta. Asentí con la cabeza, sin emitir sonido alguno. —Pienso que ni siquiera debería responderla, pero lo haré de todos modos: Sí, te seguiré amando aunque te pongas como te pongas. ¿Crees que ésta cara de bobo la pongo gratis? —Preguntó, apuntándose a sí mismo. 

Solté una risotada y terminó de hablar entre risas. —Tú me haces ver como un tonto, Keyra. —Me besó una vez más y se separó de mí. —Ya vámonos. —Y me jaló de la mano hasta el auto. 


Eternidad (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora