Eternidad (corrigiendo)

24

Abrí mis ojos a la mañana siguiente, sintiéndome especialmente bien. Me senté sobre la cama y tomé un montón de aire, para luego botarlo. Los monitores aún no comenzaban a hacer el escándalo para despertar a todo el campamento, pero el Sol ya estaba bien arriba, brillante y cálido, incluso un poco sofocante.

Antes de pensar en cualquier colsa, volvió a mi mente todo lo que Harry me había dicho por la noche e inmediatamente sentí ese cosquilleo en el estómago que últimamente no me dejaba tranquila.

Volví a dejarme caer sobre la almohada y me quedé mirando el techo y sonriendo para mi misma por apenas unos minutos, pero que parecieron una eternidad. Finalmente me levanté y me estiré completa a más no poder, miré a Toffee: basicamente muerta.

Momento... ¿Por qué Brandy dormía con ella en su cama?

Raro, pensé y saqué ropa simple y cómoda para meterme a la ducha. Y una vez más, miré los moretones de mis piernas, cuánto los odio... Definitivamente tomaré una cita con un doctor apenas vuelva a Londres, esto me está empezando a preocupar.

Cuando salí del baño las chicas ya estaban despiertas y los monitores ya habían despertado a todos.

— ¡Qué bueno que ya estás lista! — sonrió Brandy. — Hoy el es día musical. — Brandy parecía tener una chispa especial el día de hoy, por alguna razón se veía más linda y animada de lo común. 

— Brandy, te ves bien. — Comenté, ignorando lo que había dicho antes. Ella hizo una expresión de extrañeza, mirándose el pijama y me dió las gracias, pero continuó con lo del día musical, sin darle mucha importancia.

— Como te decía, hoy es el día musical. «¿Qué diablos es el día musical?» Te preguntarás tú. — Hablaba, haciendo una voz graciosa cada vez que hacía mi parte del diálogo. — Pues el día musical es el tercer día de campamento, en donde todo, pero absolutamente TODO se relaciona con la música directamente. — Ahora entiendo por qué los monitores canturrearon hoy a través de los megáfonos en vez de gritar como los otros días. 

— Eso no significa que tenga que cantar en vez de hablar, ¿cierto? Porque no se me da para nada bien eso de cantar. — Bromeé. 

— Ridícula. — Acusó Toffee, riendose. — Pero sí va a cantar alguien que podría interesarte. — Agregó, haciendo esa cara coqueta que tanto le gusta poner. ¿Niall? 

El color se me subió a la cara. Si existiera alguna operación que evitase que me ponga roja cada vez que me avergüenzo, me la habría hecho hace bastante tiempo. 

— Niaaaaaaall — Canturreó Brandy. — ¿Quién sabe? Quizá te pide una cita cantando. Las dos comenzaron a reírse y a decir distintas posibles formas de que eso suceda.

— Ya, basta chicas. — Reí. — Cómo va a pedirme una cita cantando, ustedes están locas. — Y de una forma estratégica cambie de tema: — ¿Por qué has dormido aquí, Brandy? ¿Pasó algo con las chicas? — Dentro de mí, una pequeña yo me felicitaba y me hacía chocar los cinco. Me libré. 

Pero su rostro se puso triste. Siempre cagándola.

— Pues, Megan y Johanna me han sacado de nuestra cabaña. — ¡¿Qué?! No pude evitar que mi rostro se deformara de rabia al escuchar eso. ¿Qué tienen en la cabeza esas chicas? — Megan se molestó, porque dice que paso mucho tiempo ustedes, que Toffee ya la abandonó por ti y que ahora yo los estoy haciendo, además de pasar mucho tiempo con Harry.

— POR FAVOR. — Dije molesta a más no poder. — ¿Acaso está loca? 

Toffee me miraba y asentía con la cabeza, apoyada de su cadera sobre la mesita de luz. — De hecho sí. Se ha vuelto loca. 

— ¡Ah! — Miré al techo, buscando cómo expresarme, pues no sabía cómo poner mi rabia en palabras, además de infinitos insultos que se me venían a la mente y que calzarían perfectamente con ella. — ¡Dios! — Exclamé. — Es que si ella tiene un problema conmigo, que sólo se meta conmigo, por qué mierdas se cree con el derecho de entrometer a todos en esto. 

— Yo te diré por qué. — Intervino Toffee. — Megan es una persona insegura, que ama llamar la atención porque es la única forma de subir un poco su ego, que no es lo mismo que su autoestima. Como Brandy es de bajo perfil, Megan cree que puede moverla y manipularla como si fuera un títere, entonces está tratando de alejarla de ti, porque cree que le estás quitando uno a uno a todos sus amigos... Y lo de Harry, — agregó al final — es sólo para fastidiarla un poco más. 

— Y Johanna sólo le sigue el juego porque no sabría qué hacer sin su abeja reina. — Concluyó Brandy. 

— Pues te diré algo. — Respondí, apuntando a Brandy con mi dedo índice. — Ahora Megan tendrá una verdadera razón par decir que le quito a sus amigos, porque tú eres mi amiga ahora y te quedarás aquí con nosotras. — Una sonrisa automática se dibujó en su rostro en señal de agradecimiento. 

Cuando una música electrónica comenzó a sonar por los altavoces, los monitores llamaron a todos a tomar desayuno. Nosotras salimos rápidamente de la habitación y nos fuimos a paso rápido hasta el galpón, teníamos mucha hambre. 

Los chicos juntaron dos mesas, para que todos pudiésemos sentarnos juntos y hablar de la fiesta de anoche, que -según todos dijeron- estuvo buenísima. En un momento Louis mencionó que Harry había desaparecido por mucho rato y, apenas lo hizo, Harry me lanzó una mirada fugaz, haciéndome sentir su confidente, cuando en realidad él era el mío. Todos asintieron, dándole la razón a Louis y comenzaron a preguntarle dónde se había metido. 

— ¿Qué un chico no puede tener privacidad cuando hace sus necesidades? — Bromeó para safarse de la situación, haciendo que todos explotaran de la risa y evitarse el tener que dar explicaciones, pues no fue difícil para él desviar la atención de la pregunta. Nuevamente me miró y le sonreí, como diciendo que lo había hecho bien, él sólo me guiñó un ojo y cambió el foco de conversación. Muy hábil.

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Perdón por la tardanza, chicuelas lindas <3 Ha sido una semana bastante ajetreada (y sólo van dos días!) Espero tener más tiempo de escribir el Jueves y Viernes, pues mañana salgo tardísimo de la universidad. Muchísimas gracias por sus comentarios, son hermosas! 

Nos vemos por ahí :) Besos gigantotes! -Eff.