[*AVISO: Cuando lleguéis a la parte del capítulo en la que sale un altavoz, pulsad y leed hasta el final del capítulo escuchando esa canción.
Cuando terminéis, tenéis en multimedia la misma canción subtitulada.]
------------------------------------Hacía ya más de una semana desde que Valeria había dejado de hablarnos. Como mucho hablaba a Bárbara y a veces ni eso.
Hoy era sábado y se celebraba la esperada fiesta de navidad de nuestro instituto. Bárbara había salido hace dos días del hospital, y Alba y yo pensamos que no había mejor manera de festejarlo que con dicha fiesta.
(...)
Terminé de calzarme los tacones negros que hacían juego con mi vestido rojo que me llegaba hasta los pies y que mi madre había elegido para mí, cuando llamaron a la puerta de mi habitación.
—Jessica, cariño —dijo mi madre tras abrir la puerta—. Tienes visita.
Mi madre salió de la habitación y en su lugar entró Álvaro, que cerró la puerta tras de sí.
— ¡Estás loco! —dije, sin darle tiempo a decir nada—. ¡Quedamos en que nos veríamos en el portal! Ay ay ay, que se habrá pensado mi madre ahora... —resoplé nerviosa.
—Tranquila... Le he dicho que venía a darte mi cuaderno de mates para que copiaras unos apuntes, mira —dijo señalando su cuaderno—. Si hasta me lo he traído para que sonara más creíble —rió.
—Hay que ver... —reí.
—Estás guapísima —dijo agarrando mi mano y haciendo que diera unas cuantas vueltas.
—Qué pena que no pueda decir lo mismo de ti —mentí, y volví a mirarle de nuevo para retener ante mis ojos lo bien que le quedaba aquel esmoquin negro.
—Te he traído algo, enana —me dijo, y me enseñó un colgante con un infinito grabado, que posicionó en mi cuello.
Cuando terminó de colocármelo me observé en el espejo emocionada.
No pude contener la emoción y me abalancé sobre Álvaro.
— ¿Por qué? —pregunté cuando nuestro beso finalizó.
— ¿Por que qué? —preguntó confuso.
—El regalo, el que me trates así, todo es tan perfecto que pf —comenté emocionada, casi a punto de comenzar a llorar.
—Te lo mereces —respondió.
Sonreí como una tonta y le abracé.
Tras estar unos minutos abrazados, Álvaro me susurró:
— ¿Segura que quieres ir a la fiesta? —susurró Álvaro cuando aún continuábamos abrazados—. Porque podemos quedarnos aquí si quieres —añadió.
— ¡Pues claro! Y vámonos ya que si no llegaremos tarde.
—Está bien —dijo en un tono no muy convincente.
Terminé de retocarme rápidamente y pusimos rumbo al instituto.
Creo que era la primera vez que tenía ganas de ir a semejante sitio. Reí ante mi estúpido pensamiento y Álvaro, que caminaba de la mano junto a mí, me miró confuso.
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NUNCA ME VERÁS CAER
Novela Juvenil¿Qué pasaría si una relación perfecta deja de serlo tras un trágico suceso? Mejor os lo plantearé de otra forma, quizá así la vida de Jess y de Adam os haya resultado un tanto extraña. ¿Qué pasaría si tu ex, tras más de dos años sin dar señales de v...