— ¿Daniel?
Este asintió.
—Vaya, cuánto tiempo.
—Demasiado la verdad —dijo y se tomó la libertad de sentarse junto a mí—. ¿Y qué es de tu vida?
—Estoy sufriendo un mal de amores —dije.
—Vaya, debe de ser jodido.
Asentí.
—Yo es que nunca he sufrido de eso —se sinceró—. Siempre he sido más de ir de flor en flor —comenzó a reír.
Lo miré perpleja.
—Pero no te vayas a pensar que soy un golfo sin sentimientos eh, que si nunca he llegado a estar muy pillado por alguien es porque las chicas siempre se cansan antes de mí que yo de ellas —dijo y ambos reímos-.
—Hay que ver... —comenté risueña.
— ¿Sabes qué? —Me dijo Daniel—. No entiendo mucho de crisis amorosas pero creo que no hay nada que una buena tarde en buena compañía no pueda mejorar —dijo y tras terminar de hablar, juntó su mano con la mía y me levantó del suelo.
— ¿A dónde piensas ir? —pregunté confusa y algo insegura.
— ¡Sorpresa! —respondió y, aún con mi mano unida a la suya comenzó a tirar de mi para que saliéramos del parque.
—Miedo me das.
Daniél rió.
— ¿Sabes otra cosa? —volvió a decirme.
Negué con la cabeza.
—Tu situación sentimental ahora no será la misma que la de hace unos meses, pero tú sigues siendo la misma borde con buen culo de siempre.
—Tú tampoco has cambiado nada eh —dije—. Siempre serás ese tira-fichas prepotente.
—Touché.
Continuamos caminando durante más de diez minutos hasta que Daniel se detuvo ante una feria.
— ¿Una feria? —pregunté no muy segura de si quería ir, ya que, la última vez que estuve en una feria con él las cosas no acabaron muy bien.
—Una feria —repitió este a la vez que agitaba sus manos cuan niño pequeño.
Suspiré.
—Oh vamos, no me obligues a tener que llamarte "la amargada del buen culo".
— ¿Mi culo siempre tiene que estar presente?
—Ajá —respondió—. Y deja de quejarte, será divertido.
Iba a volver a protestar cuando Daniel me cogió de nuevo la mano y comenzó a tirar de mí hacia las atracciones del lugar.
Y de poco me sirvieron las protestas, pues, unos minutos después me encontraba haciendo cola para montar en una lanzadera que alcanzaba los cuarenta y cinco metros de altura.
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NUNCA ME VERÁS CAER
Novela Juvenil¿Qué pasaría si una relación perfecta deja de serlo tras un trágico suceso? Mejor os lo plantearé de otra forma, quizá así la vida de Jess y de Adam os haya resultado un tanto extraña. ¿Qué pasaría si tu ex, tras más de dos años sin dar señales de v...