Capítulo 6

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Afortunadamente para Kate, la asesina había dejado sus huellas en el bolso de la víctima. Fue fácil encontrarla, no se trataba de un asesinato con motivos rebuscados, simplemente la fallecida se encontraba en el sitio equivocado en el momento justo en el que una drogadicta en pleno mono necesitaba dinero. Y no se le ocurrió otra cosa que intentar hacer que cambiase de opinión, llevándose a cambio varias puñaladas nerviosas y al azar que tontamente acabaron con su vida.

Agotada, y sin ganas de discutir con Josh, abrió la puerta del apartamento. No se esperaba lo que iba a ver al abrir la puerta. Josh estaba arrodillado en el suelo, sobre mantas y junto a una mesa baja en la que había una botella de vino enfriándose y dos velas que el médico estaba encendiendo.

Se levantó y se acercó a ella, que cerró la puerta sin dejar de mirarle.

- Kate...

- ¿Es tu forma de pedir perdón? - preguntó ella agotada por el duro día.

- Te prometo que cuando vuelva de Honduras no volveré a marcharme más.

- ¿Cuánto tiempo estarás fuera? - preguntó resignada.

- Verás... Es un gran proyecto Kate...

- ¿Cuánto? - preguntó impasible.

- Al menos seis meses - confesó intentando abrazarla.

- Josh...

- Es una de las zonas más pobres del país, no te imaginas cuanto necesitan esta campaña...

Kate le miró. Sus ojos estaban plenamente ilusionados. Cada uno de los proyectos que emprendía eran iguales. Meses fuera del país, en lugares donde apenas era posible encontrar un teléfono. Días y días sin verse, sin hablar...

- ¿Cuándo? - preguntó Kate.

- El lunes.

- ¿Dos días?

- Es un proyecto urgente.

Josh se atrevió a abrazarla.

- Lo siento nena... Te prometo que no volveré a marcharme.

- Josh, no creo que debas prometerme algo que no vas a ser capaz de cumplir.

Kate finalmente le rodeo el cuello con sus brazos.

- Tengo algo que contarte.

- Después... Ahora cenemos.

- No Josh... Es importante.

Josh se separó haciendo que se acercase a la mesa.

- Al menos - dijo sirviendo un poco de vino en las copas - un poco de vino...

Kate aceptó el vaso y se sentó junto a él.

- ¿Qué ocurre? - preguntó el médico haciendo que ella apoyase la espalda en su pecho.

- He ido a la lectura del testamento de Will.

- ¿Tu ex te ha dejado algo? No te olvidaba ¿Eh? - preguntó sarcástico mientras acariciaba su pelo

- Josh...

- Lo siento... Continua.

Kate tomó aire.

- Will... - comenzó sin saber como decirlo - Will quería que me ocupase de su hijo si le pasaba algo.

- ¿Cómo?

- Me ha nombrado su tutora, quiere que yo tenga su custodia hasta que sea mayor de edad - se apresuró a decir de corrido.

Josh guardó silencio, intentando recomponer la situación.

La sentenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora