Capítulo 10

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Kate lo tomó en sus brazos y el niño escondió su cara en el cuello de ella sin parar de llorar. Kate miró a padre e hija sorprendida y extrañada. Comenzó a mover al pequeño, acunándolo y pasándole la mano por la espalda.

- Ya cariño ya... - le dijo con suavidad - Ya pasó.

Richard la sonrió mientras observaba como poco a poco el niño iba calmándose con las caricias de Kate. Tras unos segundos Kate le separó de su cuello para mirarle la carita.

- Robby - le dijo besándole en la frente - veamos esa manita...

Richard intentó cogerle la mano, pero el pequeño volvió a llorar, refugiándose de nuevo en el cuello de Kate, que estaba completamente húmedo por las lágrimas y los mocos del pequeño.

- ¿Me dais un pañuelo? - pidió Kate.

- Voy - dijo Alexis.

- Vamos Robby - dijo Richard al pequeño tocándole el brazo - deja que veamos esa mano...

El niño se aferró con más fuerza a Kate.

- Creo que está asustado - dijo Kate - se agarra con fuerza a mi camiseta, no le pasa nada en la mano.

Richard observó las manos de Robby, afirmando que Kate tenía razón, sus manos estaban bien.

- Es posible que eche de menos a Susan en este momento - dijo con pena Kate.

- Puede ser - contestó él - aunque es demasiado pequeño para tener un vínculo irrompible con su madre, por suerte estás aquí tú y te identifica como si fueses ella.

- ¿Tú crees?

- A estas edades no se enteran Kate, necesitan tener sus necesidades cubiertas, atención y sobre todo cariño. Afortunadamente para él, todo esto que ha pasado le ha pillado en el momento justo para no enterarse...

- Ya... Justo para olvidarse de sus padres y no crecer con ellos - admitió pesadamente.

- Bueno - dijo el sonriéndola - nos tiene a nosotros.

Kate no supo que contestarle. Quería decirle que después de ese momento con Robby, pensaba luchar con uñas y dientes para quedarse a ese niño. Aunque por otro lado se le caía el mundo encima al ver como su escaso tiempo libre iba a desaparecer por completo para dedicarse en exclusiva al cuidado del pequeño, por no hablar de todos los gastos que iba a conllevar y la enorme responsabilidad con esa personita.

Kate volvió a separar al niño de su cuerpo, mirando su carita.

- Robby, ya pasó - le dijo besándole y cogiéndole la mano con cuidado para mirársela y comprobar que estaba bien.

Alexis le tendió un pañuelo a Kate y ella limpió con delicadeza los mocos y las lágrimas de la cara del niño.

- Mira campeón - dijo Richard llamando la atención del niño sentándose en el suelo y colocando los bloques de plástico apilados y lejos de la mesa.

Robby sonrió señalando el suelo y Kate se agachó con él en brazos, sentándose junto a Richard.

- Ve si quieres a ducharte o te enfriarás - dijo Richard sin mirarla - yo me ocupo de él, no te preocupes.

- Sí - contestó ella.

Sintió que su cara se acaloraba. Sin duda él se había fijado en las manchas de humedad de su camiseta e incluso puede que el exceso de sudor se notase en el ambiente y eso no la gustaba en absoluto. Se levantó de inmediato y voló escaleras arriba.

Richard la siguió con la mirada, consciente que ella no se daba cuenta que la miraba el trasero y las curvas que aparecían bajo la mojada camiseta. Sonrió y cuando ella desapareció piso arriba volvió a mirar a Robby, encontrándose con los ojos de su hija que le miraban divertida.

La sentenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora