Capítulo 21

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N/E: Llegó la hora del juicio, al fin veremos a quien le da la custodia el juez.



El fin de semana pasó volando para ambos, ocupados en conocerse mientras disimulaban cuidando de Robby. Kate finalmente no había dormido en su nueva casa la noche del sábado, entre Alexis y Martha la convencieron para que se quedase una noche más con ellos.

La tarde del domingo llegaba a su fin y Richard intentaba por todos los medios entretener a Kate para que se le hiciese tarde y se quedase a dormir en su casa. La noche anterior, tras acostar a Robby y esperar a que Alexis se fuese a su habitación, ambos habían compartido una copa de vino y una larga conversación llena de miradas y sonrisas que había llegado a su fin con un suave y lento roce de sus labios que apenas duró un segundo, tras el cual cada uno se fue a su habitación siendo conscientes que algo estaba pasando entre ambos y era complicado ponerle fin.

Pero esa noche no parecía que nada de eso fuese a repetirse. Kate miró su reloj.

- Debería subir a bañar a Robby para irme cuanto antes - dijo.

- ¿Por qué no te quedas a dormir aquí? - preguntó Richard - Mañana podemos ir juntos al juzgado.

Ella negó con la cabeza cogiendo al niño en brazos.

- Te lo agradezco Richard, pero debo empezar a vivir en mi casa. Todas mis cosas están allí y mañana he quedado con mi padre antes de la vista.

Richard asintió con una media sonrisa forzada.

- Como quieras. Si quieres irte ya... Puedo ocuparme de Robby yo solo.

- Lo vas a tener aquí esta noche, deja que al menos lo bañe y lo duerma antes de irme.

- No pretendía... - dijo él levantando las manos - Yo solo... Preferiría que te quedases...

A Kate el corazón le dio un fuerte latido al oír eso.

- Tengo que irme - dijo en voz muy baja.

- Lo entiendo.

- Vamos a bañarte, enano... - le dijo al niño mientras comenzaba a subir por la escalera.

Kate desapareció escaleras arriba seguida por la mirada de Richard, que se levantó y fue hasta la cocina para preparar el biberón del niño.

Martha apartó la mirada de la revista que ojeaba y miró a su hijo sin que él se diese cuenta. Se levantó y se acercó a él, poniendo su mano en el antebrazo de Richard y sonriéndole cuando él la miró.

- Te gusta de verdad - afirmó Martha en voz baja.

Richard asintió forzando una pequeña sonrisa de circunstancias. Martha negó con la cabeza.

- Querido, no es el mejor momento...

- Lo sé. El divorcio tardará por lo menos un mes y encima mañana...

Martha cerró la boca arrugando los labios.

- ¿No vas a regañarme? - preguntó él.

- No puedo.

Richard elevó las cejas mirándola y siguió preparando el biberón.

- Creo que es la mejor elección que has hecho desde aquel encanto de niña de tu guardería.

Richard soltó una pequeña carcajada.

- Lizzy.

- Sí. No sé como había olvidado su nombre, te pasabas las horas repitiéndolo.

La sentenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora