El móvil de Kate volvió a sonar y sin mirar quien era contestó.
- ¿Y ahora que pasa Castle? - dijo llamándole por su apellido.
- ¿El escritor te llama mucho? - preguntó Lanie.
- ¡Ah! Hola Lanie, eres tú.
- ¿Desencantada?
- No - contestó sonriendo.
- Luego me lo cuentas. ¿Comemos?
- Vale, pero rápido, quiero acabar cuanto antes.
- ¿Planes?
- He quedado a cenar.
- Vaya. ¿Y quien es el afortunado?
- Luego te lo cuento.
Richard salió sonriendo de su despacho.
- Hoy tendrás que darle un descanso a tu hígado madre.
- Haré ese esfuerzo - dijo mirándole divertida - entiendo que Katherine ha aceptado.
- Sí, pero ha elegido ella el restaurante, Latoni o algo así, debo llamar para reservar.
- Lattanzi.
- Eso... Creo ¿Lo conoces?
- Es un encantador y modesto restaurante italiano. Es muy tranquilo y se come muy bien. Es una buena elección.
Richard consiguió el teléfono del restaurante y reservó una mesa para dos a las nueve de la noche.
- Madre, iré a comprar música infantil para Robby, parece que le gusta. ¿Te apetece acompañarnos dando un paseo y comemos los tres juntos?
- Bueno, esa será una buena forma de compensar que cambie hoy mis planes.
- No sé porque, pero me parece que no estás muy disgustada con el cambio.
- Estoy mayor para salir todos los días.
- Ya... Seguro que es eso - dijo Richard achicando los ojos mientras la miraba.
Martha se perdió escaleras arriba sonriendo. Que cenasen juntos era un pequeño paso para que hiciesen las paces.
Kate cogió su chaqueta y salió para comer con Lanie. Necesitaba hablar con ella. Lanie era la única que conseguía que ella viese el aspecto positivo de todo lo que estaba pasando en su vida. Y en ese momento y habiendo aceptado una cita con el escritor, necesitaba más que nunca a su amiga. La cena, aunque estaba disimulada como una conversación para decidir sobre Robby, era sobretodo, un momento para ellos dos.
- ¿Qué tal Lanie? - preguntó al sentarse junto a su amiga que llevaba un rato esperándola.
- Intrigada.
- Imaginaba. ¿Qué quieres saber?
Mientras ambas comían sus respectivas ensaladas, Kate había puesto al día a su amiga.
- Pues no entiendo porque te enfadaste con él.
- No tardó ni diez segundos en pedirle al juez que me trasladase a su casa.
- Pero Kate, ¿Preferías mudarte a Queens?
- Al menos estaríamos en igualdad de condiciones.
- Bueno, siempre podéis buscar otra casa que os convenza a los dos.
- La casa está bien Lanie.
- ¿Entonces por qué tanta queja?
- No lo sé... - dijo ella bufando.
ESTÁS LEYENDO
La sentencia
FanfictionLa tragedia de una joven pareja, hace que un juez tome una díficil decisión que cambiará la vida de dos personas desconocidas hasta entonces...