Capítulo 43 (M+18)

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Kate abrió los ojos y buscó su móvil para mirar la hora. Aún faltaban unos minutos para que sonase la alarma avisándola, como cada mañana, que era el momento de hacer ejercicio. Se giró sobre su cuerpo, la escasa luz proveniente de la calle era suficiente para ver a sus dos chicos, junto a ella, completamente dormidos.

Sonrió. Acarició con cuidado la cabeza de Robby. El pequeño dormía con la boca abierta. Detrás de él, Richard, totalmente despeinado emitía un gracioso ruidito al respirar. El escritor no había renunciado a intentar abrazarla, aunque el pequeño estuviese entre ambos, y como resultado del intento, la pierna de él estaba sobre las de ella y la mano de Richard descansaba en su cintura por encima del cuerpo de Robby.

Salió despacio de la cama, zafándose con cuidado de la mano y la pierna del escritor. Buscó su ropa deportiva y se vistió allí mismo. Después de calzarse fue hasta la cama subiéndose de rodillas para acercarse hasta ambos y dejarles un beso.

- Sé que estás despierto y me has mirado mientras me vestía - le dijo a él en su oreja - prometiste que saldrías de mi cama a primera hora...

Él no contestó, pero su sonrisa le delató.

- Vuelve a tu cama - le dio dándole un suave beso sobre los labios - no quiero que tu madre o Alexis te pillen aquí.

- Eres malvada... - dijo con voz muy suave.

- Si fuese malvada estarías durmiendo en tu cama y no en la mía.

Richard la tomó por la nuca acercándola a él para besarla.

- Te prometo que cuando vuelvas los dos estaremos abajo.

- Buen chico - dio ella volviendo a besarle.

Kate salió de la habitación echando un último vistazo a la cama y sus dos ocupantes. Sonrió mientras bajaba por las escaleras. Realmente se sentía feliz.

Aumentó el ritmo de su carrera en el recorrido de regreso. Se sentía con fuerzas. Subió las escaleras trotando y abrió la puerta de la casa y pegó un respingo al empujarla para que se cerrase, al encontrarle allí, apoyado en la pared.

- ¡Rick! - dijo llevándose la mano al pecho - ¡Que susto me has dado!

- ¿Toda una poli de homicidios asustándose por un inocente escritor como yo? - dijo acercándose y abrazándola por la cintura.

- Creo que tú tienes más peligro en mi vida que muchos asesinos de ahí afuera...

- ¿Debo tomármelo como un cumplido? - preguntó mientras intentaba besarla.

- Tengo que subir a ducharme - dijo intentando deshacerse del abrazo - o llegaré tarde.

- Claro. Para eso te esperaba... - dijo tomando su mano y tirando de ella para llevarla a su habitación.

- Rick... - se paró en seco - No creo que sea buena idea...

Él la miró sonriendo y sin dejarla continuar, se agachó para cargarla sobre uno de sus hombros.

- ¡Rick!

- Shisss... Vas a despertar a todo el mundo...

- ¡Tenemos un acuerdo!

- Exacto, y si no recuerdo mal, no especifica nada del baño...

- ¡Serás! - dijo riendo y dándole una fuerte palmada en el trasero mientras él continuaba andando con ella sobre el hombro, sujetándola por las piernas.

- ¡Calla o despertarás a Robby! - le dijo él al pasar por la habitación con el niño durmiendo en mitad de la cama.

Richard se agachó dejándola en el suelo del baño se incorporó mirándola y arrugó el entrecejo, cerrando un poco uno de sus ojos, esperando que ella le golpease.

La sentenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora