Capítulo 32

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Kate se despertó antes de que su alarma sonase. Sonrió al recordar que era viernes. La semana había pasado bastante más lenta de lo que ella hubiese querido. Aunque tenía que reconocer que habían sido unos días bastante agradables.

En el trabajo, Richard había resultado ser un buen compañero. Se había divertido con él y los chicos mientras resolvieron el caso, haciendo bromas sobre absurdas ideas descabelladas que se le ocurrían al escritor sobre los motivos del crimen. Aunque como les había apuntado desde el principio él, finalmente el asesinato había sido obra Jane Kansisky, la ejecutiva de marketing aficionada a la escalada y con la que la víctima había tenido una aventura que nadie conocía. Sus dedos fueron los que habían dejado marca en la víctima.

En casa, las cosas habían ido bastante bien. Ambos habían compartido copa, risas, abrazos y besos en el sofá después de cenar.

Kate se vistió con su ropa deportiva y salió como todas las mañanas a dar una carrera por el barrio. No dejó de pensar en la cena de esa noche. Esperaba poder salir puntual de comisaría.

Después de ducharse y vestirse entró en la habitación de Robby, dio un suave beso sobre la frente del pequeño y salió de la habitación bajando las escaleras. Supo de inmediato que le esperaba un café con un croisant, como cada mañana y sonrió mientras bajaba olisqueando en el aire el aroma a café recién hecho.

Para su sorpresa, Richard aún estaba en la cocina y la sonrió mientras ella terminaba de bajar y caminaba a su lado.

- Buenos días - dijo girándose hacía ella para robarle un corto beso.

- Buenos días - contestó sonriendo - ¿No deberías estar durmiendo?

- Hoy me apetecía desayunar contigo - contestó encogiéndose de hombros.

- Yo me habría quedado en tu cama -aseguró ella dando un sorbo a su café.

- ¿De verdad? - preguntó él medio riendo.

Kate se dio cuenta que había hecho una elección poco apropiada de las palabras y bajó la mirada.

- No quería decir lo que estás pensando...

- ¿De verdad? Porque podía hacer algo para remediarlo...

Kate negó con la cabeza sonriéndole.

- ¿Saldrás pronto hoy? - preguntó cambiando de tema.

- Eso espero - contestó mordisqueando el croisant.

- Recuerda que tenemos cita con el pediatra.

- Lo sé.

- Cuando deje a Robby en la guardería pasaré por allí para dar las gracias a los chicos.

- ¡Ah!... ¿Si?

- ¿Te importa?

- No... No en absoluto.

Richard la miró llevándose la taza a sus labios. Kate continuó con su desayuno, pensando que había estado a punto de decirle que le encantaba que volviese a su trabajo y que le echaría de menos.

- Será mejor que me vaya ya - dio Kate dejando la taza dentro del lavavajillas.

- Sí. Y será mejor yo que vuelva a la cama... Aún queda un buen rato hasta que Alexis tenga que levantarse.

Kate hizo un gesto de asentimiento apretando los labios.

- ¿Me darás un beso de buenas noches? - preguntó acercándose a ella y rodeándola con sus brazos.

- ¿En serio? - preguntó elevando sus cejas y dejándose abrazar.

- No creo que sea capaz de volver a dormir si no lo haces.

La sentenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora