Capítulo 59

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Martha lanzó una exclamación. Aquello le había pillado por sorpresa. Por total sorpresa. Miró a su nieta que tenía la boca abierta.

Delante de ellos, Richard había levantado la cejas totalmente alucinado por la noticia que acababa de oír. Se giró al sentir la mano de su hija apretándole el brazo y la miró. Alexis sonreía. Entonces Richard se olvidó de la sorpresa de la noticia, y se centró en lo verdaderamente importante en ese momento. ¿Kate estaba realmente embarazada?

Su cerebro se puso a trabajar a tal velocidad que por su mente aparecieron imágenes nítidas de Kate en un hospital con un recién nacido en su regazo... Pero también que todo podía ser una treta de Jim y Kate.

- ¿Por qué no nos dijiste nada? - le preguntaba insistente Martha detrás de él.

- Porque no tenía ni idea... - confesó Richard en voz baja intentando no girarse y seguir con la mirada a Kate que se acercaba con la cabeza baja y sin cruzar su mirada con la de él.

El juez elevó la voz.

- Abogados... ¿Pueden acercarse? - preguntó en tono aburrido.

Jim, que se había sentado en cuanto Kate contestó, volvió a levantarse cruzándose con su hija a la que besó en la mejilla provocando que ésta le sonriese. En ese momento Richard tuvo claro que iba a ser de nuevo padre.

La detective se acercó a su silla junto a Richard que la demandaba con la mirada. Entonces, ella, le miró y el adivinó que se sentía fatal.

- Rick...

- Lo hablaremos luego... - aseguró él.

- Pero...

- Te lo prometo - dijo entrelazando sus dedos con los de ella y llevándolos hasta su boca para besarlos.

Kate asintió no demasiada convencida, intuyendo que él estaba enfadado. Martha a su espalda, llevó su mano hasta el brazo de la detective, moviéndola para hacerle ver que estaba ahí. Kate se giró sonriendo tanto a Martha como Alexis que gesticularon haciéndola saber que estaban encantadas con la noticia.

Richard estaba atento a lo que los cuatro abogados y el juez hablaban. Acariciaba suavemente con su pulgar la mano de Kate y sin llegar a mirarla, volvió a llevar las manos de ambos hasta su boca para besarla.

- Abogados... - dijo el juez en voz baja - ¿Quieren explicarme hacia dónde va todo esto?

- Señor - intervino Jim - la familia Castle es la adecuada para cuidar de ese niño cumpliendo los deseos de sus padres. Ellos - dijo Jim señalando a su hija y su marido - no se han casado por conveniencia, simplemente se han enamorado después de convivir juntos durante un tiempo...

- Eso es muy sospechoso - intervino el abogado de Hanna - reconózcanlo...

- Le recuerdo que les obligaron a convivir juntos para cuidar de ese niño - atajó el abogado de Castle - no fue decisión propia.

- Señor - dijo el abogado de Hanna dirigiéndose al juez - Mi clienta quiere tener la opción de hacerse cargo de ese niño, es su familia, ¿Quién mejor que su familia para preocuparse por él?

- Una familia que ni siquiera sabía de su existencia - intervino Jim.

- ¿Y ustedes que opinan? - preguntó el juez a los dos abogados de Robby.

- Nuestros clientes dejaron clara su decisión... Nuestra intervención será para velar por que se respeten y se cumplan esos deseos.

- Bien - dijo el juez suspirando - quiero retirarme a decidir a mi despacho. No se alejen demasiado, en un rato les comunicaré mi decisión.

La sentenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora