Capítulo 7

635 47 2
                                    

Kate miró a Gina mientras desaparecía por el rellano y entraba en el ascensor. Giró su cabeza para observar el interior de la casa.

- ¿Hola? - preguntó dando un paso para entrar - ¿Richard?

Nadie contestó y ella dudó si debía entrar o volver a llamar. Optó por ésta última, golpeando con sus nudillos sobre la puerta y volviendo a llamar en voz alta al dueño de la casa.

Le vio aparecer por uno de los costados de la gran sala, justo por una puerta totalmente rodeada de estanterías llenas de libros. Llevaba al pequeño en un brazo y con el otro sostenía su teléfono móvil. Gesticuló como pudo indicándola que pasase y esperase un momento.

Kate cerró la puerta a su espalda y se acercó para coger en sus brazos al pequeño y dejarle así que hablase cómodamente. El desapareció por la puerta por la que instantes antes había entrado y que ella pudo ver que esa puerta accedia a un despacho.

Kate con el niño en sus brazos, se sentó en uno de los sofás. No pudo evitar oír parte de la conversación que el escritor mantenía.

- Madre - decía el escritor - no puedes hacerme esto... Quedaste en que te harías cargo ¿Qué quieres que haga yo ahora? Mi avión sale en menos de una hora, ya debería estar en el aeropuerto. No puedo encontrar a alguien con tan poco tiempo...

- ... ...

- No sé que excusa tienes esta vez, pero estoy bastante decepcionado. Bueno, da igual, ya encontraré la manera... Adiós madre.

Oyó como el escritor bufaba con desesperación e intuyendo que volvería se centró en mirar al pequeño, que tranquilo y curioso observaba todo a su alrededor.

- Hola Kate - saludó.

- Buenos días - contestó ella sonriéndole.

- Sí... Creo que es un estupendo día - dijo con sarcasmo - Supongo que todavía puede salir algo peor.

- ¿Puedo... - dijo ella casi arrepintiéndose - ¿Puedo ayudarte en algo?

Richard la sostuvo la mirada pensativo por unos instantes.

- Mira Kate, sé que no te conozco de nada, pero... La verdad es que si puedes ayudarme al menos escuchándome...

Kate le apremió con un gesto a que continuase.

- Mi mujer... Bueno, mi futura ex mujer, acaba de salir por esa puerta...

- ¡Ah! Sí, ella ha sido quién me ha abierto.

Richard sonrió de medio lado.

- Teníamos que estar en Boston dentro de tres horas, pero ha decidido que vaya yo sólo, no es que me importe, al contrario - añadió - pero ahora además de hacerme cargo de los fans, tendré que hablar con los organizadores del evento, doble trabajo. Y para colmo de males mi madre, que tenía que venir a mi casa y quedarse con mi hija, tiene problemas con su marido y me ha dicho que no puede venir...

- ¡Vaya! Creo que es el día de las parejas...

- ¿Cómo dices? - preguntó extrañado.

- He roto con mi novio.

- Vaya... Lo siento.

- Y yo lo de tu matrimonio.

- Ya... Bueno, creo que saldré ganando...

Kate dejó de mirarle para centrarse en el pequeño.

- Supongo que yo, además, no he venido a darte una buena noticia precisamente...

- ¿Ah si?

- No puedo hacerme cargo de Robert este fin de semana... Ahora mismo no tengo sitio y necesito buscar casa...

La sentenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora