Poco a poco los invitados iban despidiéndose de los recién casados. Kate suspiró y sonrió a su marido.
- Será mejor que vaya a ver como está Robby.
- Estará dormido - contestó él abrazándola por la cintura y atrayéndola hacia él para rozar sus narices.
- Entonces tendremos que decirle a Martha que se los lleve.
- Vamos...
Richard la tomó de la mano y ambos fueron en busca de Martha. La encontraron pegada a la sillita del pequeño, que dormía profundamente arropado por su mantita.
- Iba a ir a buscaros - les dijo en cuanto llegaron a su lado - se ha quedado dormido y...
- No te ha dejado disfrutar de la fiesta... ¿Verdad madre?
- ¡Richard! Estoy encantada de hacerme cargo de él.
- No he dicho lo contrario, pero ver tu vaso con zumo de naranja... - dijo mientras se acercaba el vaso a la nariz y lo olía.
- ¡No seas bobo!
- ¡Rick! - le regañó Kate al ver como él fingía una mueca al oler el vaso.
- Ya es tarde querida - le dijo Martha a Kate - pero he confesarte que te has casado con el mayor bobo de Nueva York.
Kate sonrió y miró a su marido.
- Lo sé...
- Será mejor que busques a Alexis - dijo Martha a su hijo
- ¿Dónde está? -preguntó él girando la cabeza para buscar a su hija.
- Si no me equivoco - dijo Kate indicándole con la cabeza hacia donde estaba la chica - está bailando con un chico bastante mayor que ella.
- Y lleva así desde que comenzó la música - añadió Martha.
- ¿Y quién es ese gamberro? - preguntó el escritor frunciendo el ceño sin reconocer al muchacho.
- No te preocupes - dijo Kate guiñando un ojo a su suegra - es un viejo conocido de comisaría.
- ¿Un viejo conocido? - preguntó asustado.
- Sí, bueno, ya sabes, se pasa más tiempo en comisaría que en su casa...
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Trapicheo con drogas, pequeños robos...
- ¿Y lo dices tan tranquila? - preguntó soltándose de su mano para ir en busca de Alexis.
Kate se inclinó deprisa y volvió a coger su mano.
- ¡No seas tonto! Era broma.
- ¿Broma?
- ¿Crees que dejaría a Alexis con alguien en quien no confiase?
- ¿Quién... Quién es?
- Es mi primo Aaron. Es un buen chico... Está en buenas manos.
Martha comenzó a reír al ver la cara de su hijo.
- Seguro que tú lo sabías - le dijo a Martha señalándola con el dedo.
- Jim me lo presentó - admitió la mujer.
- Creo que todo esto no acaba más que empezar - confesó al sentir como le habían tomado el pelo - será mejor que vaya a buscarla.
- No les asustes ¿Quieres? - pidió Martha.
Richard se soltó de la mano de Kate no sin antes darle un beso. Se acercó a su hija intentando hacerse ver, aunque estaba claro que la chica no estaba en absoluto pendiente de la fiesta.
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La sentencia
FanfictionLa tragedia de una joven pareja, hace que un juez tome una díficil decisión que cambiará la vida de dos personas desconocidas hasta entonces...