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—¡Eso confirma lo que yo creía! —exclamó Meredith poniéndose de pie de un salto en el living donde ella, Matt y Joe acababan de ver los videos que el agente del FBI le había entregado a Zack. Se secó las lágrimas y metió las "evidencias" dentro del sobre. —¡Obligaré a Zachary Benedict a ver estos videos, aunque para eso tenga que atarlo!

—Meredith —dijo Matt con suavidad, tomándola por la muñeca—. Comprendo que tenías razón con respecto a Julie, pero yo conozco a Zack. No podrás conseguir que mire esos videos a menos que esté dispuesto a hacerlo.

Ella permaneció unos instantes pensativa, y luego una sonrisa le iluminó el rostro resuelto.

—Sí, claro que podré... ¡y sé cómo lograrlo!

Matt se puso de pie.

—Si estás decidida a intentarlo, te acompañaré y lo sujetaré mientras tú lo atas.

—Eso no daría resultado —dijo Meredith—. Acabarías poniéndote furioso. En cambio, si no estás allí creo que podré utilizarte para obligarlo.

—Lo dudo.

—Déjame intentarlo —dijo ella, inclinándose para besar la frente de su marido. Si necesito ayuda, vendré a buscarte.

Antes de que Matt pudiera oponerse, cosa que estaba a punto de hacer, Meredith abrió las puertas del patio y se encaminó al parque. Vio a Zack parado al borde de la pileta. Estaba rodeado por un grupo de actores, actrices y directivos de estudios. Meredith alzó la cabeza y hacia allí se encaminó, decidida.

Zack reía, festejando una broma, cuando vio a Meredith que cruzaba el parque con un sobre en la mano; su sonrisa desapareció.

—Discúlpame un momento —le dijo a Barbra, entrecerrando los ojos y mirando fijo ese maldito sobre. Cuando estuvo junto a Meredith, le dirigió su sonrisa más seductora, evitando mirar el sobre. —Me preguntaba dónde estarían tú y Matt. Veo que todavía no te has cambiado.

—Estábamos en el living, viendo algo en el televisor —contestó ella, y Zack se dio cuenta de que tenía los ojos irritados y que parecía haber llorado. —¿Puedo hablar contigo a solas ?

—Estamos en plena fiesta —puntualizó él con tono evasivo—. Ven conmigo y te presentaré a Kevin Costner. Anoche me dijo que quería conocerte.

—Más tarde —insistió ella con tozudez—. Esto no puede esperar. Sin otra alternativa, Zack asintió y la siguió hasta la biblioteca.

—¿Qué estás tramando? —preguntó Zack, sentándose en el borde del escritorio y encendiendo una lámpara, mientras Meredith corría las cortinas y oscurecía el cuarto.

Ella se volvió y se paró frente a él.

—Estoy pensando en el contenido de ese sobre.

—Te pedí que lo destruyeras.

—Sí, es cierto —retrucó ella, enfrentándolo con toda la sangre fría—. Y ahora tengo algo que pre­guntarte.

—¿Qué?

—¿Sientes alguna obligación moral hacia mi marido por todo lo que hizo por tí mientras estabas preso?

Zack asintió con aire de desconfianza.

—Muy bien. Matt se niega a imponerse, pidién­dote un favor a cambio de eso.

—Y en cambio tú estás decidida a hacerlo —dijo él, cortante.

—Así es. A cambio de los años de ayuda y de lealtad de Matt, te voy a pedir un favor en su nombre. Que­remos que te sientes, mires estos videos y leas la carta que contiene este sobre.

Perfecta -Judith McNaughtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora