|Eldarya| ••• El mundo de las hadas (Nevra) [E#1]

Episodio 13

-¿Perdón? -dije atragantándome con el pepino-. ¿Qué acabas de decir? -pero no le prestaron atención a mi comentario.

-Define hacerte cargo, Nevra -dijo Miiko volteando los ojos -, no puedes cuidarte solo, no pienso poner su vida en... Espera, buena idea...

-¿Qué han dicho? -pregunté.

-Ella no ha robado -intervino Jamón-. Ella...

-Tú no te metas -dijo Miiko-. He tenido suficiente de ti por ahora -se giró hacia Nevra-. ¿En serio quieres cuidar de una ladrona?

<< ¿Acaso no saben que estoy aquí?>>, pensé.

-Sí -respondió y me guiñó un ojo, acto que provocó que me sonrojara-, quiero hacerlo.

-Bien -dijo Miiko haciéndole una seña hacia la puerta de salida.

Nevra me tomó de la mano y me jaló hasta la puerta, pasamos por enfrente de Ezarel, solo me observó y bajó la mirada, Valkyon solo me miró de pies a cabeza, salimos y pasamos por la sala principal Eweleïn me miró sorprendida, hace mucho que no la veía, aun así no había cambiado nada.

Llegamos al mercado, no pronunciamos ninguna palabra en el trayecto, cuando pasábamos por enfrente de un puesto o de algún grupo de mujeres se susurraban entre ellas, las palabras que se decían no las entendía, suponía que era el lenguaje de ese lugar. Casi al término del mercado una mujer alcanzó a decir en voz no muy baja:
"Mira debe de ser otra de sus gatitas"

Se me hizo extraño que lo dijera en mi idioma y no en el suyo, comencé a pensar que lo hizo apropósito para que yo lo escuchara, miré a Nevra de reojo, sus ojos se habían vuelto grises, tenía el entrecejo fruncido, miraba con rabia a la joven que había hecho ese comentario. Analicé bien el mensaje, no tardé mucho para darme cuenta que me había dicho algo muy ofensivo, mi sangre comenzó a arder, cerré mis puños con fuerza, di media vuelta y me dirigí hacía la chica que me había insultado.

-¡Repite lo que has dicho! –le grité, lo que ocasionó que se diera la vuelta muy rápidamente-. Si te atreves...

Ella soltó una carcajada notoria, se giró a mí y repitió:

-Eres una de sus gatas, cariño.

Muchas emociones, recuerdos y sentimientos vinieron a mí, si pensarlo puse la mano en una bombilla que tenía cerca, sentí como la electricidad corría dentro de mí, sentí como mis ojos se encendían, coloqué mis manos en frente mío y se podían notar unos pequeños rayitos salir de ellas. Miré a la mujer, quien tenía en sus manos una bola de agua caliente, como la de Ezarel, y su rostro inmerso en un miedo profundo, cuando estaba dispuesta a lanzarle los rayos a ella Nevra se transformó en una nube negra, me tomó y me llevó lo más lejos posible de esa muchedumbre, estábamos en el refugio, había pocas familias y éstas nos miraban.

-¿Qué crees que haces? –me preguntó con una mirada de preocupación y enojo al mismo tiempo.

-¿No la has visto? – le respondí- ¡Me ha...!

-¡Pusiste en peligro tu vida!–me dijo intentando susurrar, pero con el tono en el que gritaba creo que no se podía...

-¿Y qué se suponía que querías que hiciera? –le pregunté en el mismo tono.

-No lo sé –respondió sobándose la nuca-, como tampoco sé porque robaste esa comida...

Me quedé en shock, él también creía que la había robado, nadie me creía, todos me señalaban como una ladrona.

-¿Qué? –pregunté.

-Es una ladrona –dijo una señora que se encontraba con Mery, creo que era su madre-, hijo, no quiero que te le acerques, es una muy mala influencia...