|Eldarya| ••• El mundo de las hadas (Nevra) [E#1]

ＦＩＮＡＬ ＰＡＲＴＥ 1

Episodio 63

ＥＬ ＦＩＮＡＬ ＨＡ ＬＬＥＧＡＤＯ...

Exactamente llevo ocho meses de haberme acostado con Nevra. Ocho. Lo que significa que podría dar a luz en cualquier momento.

– ¡Hoy! –gritó Miiko por encima de todas las voces, sacándome de mis pensamientos-, ¡Hoy comienza la verdadera guerra!

Le jalé la manga y volteó a verme.

– ¿No es un poco precipitado? ¡Falta menos de una hora! –pregunté- Pienso que aún no es tiempo.

–No tenemos por qué esperar, Zirel –me regañó-, ¡Hoy al anochecer, seremos los dueños del mundo!

La cueva había sido complexionada a tener una forja, Valkyon trabajaba ahí, así que, tan rápido Miiko nos dio la noticia, corrí hasta él.

– ¡Valkyon! –exclamé agitada-, ¡La guerra será hoy, al anochecer!

– Lo sé –admitió cargando espadas, escudos y otra clase de armas, Chrome estaba con él-. Por eso estoy preparando esto.

Dejó lo que estaba cargando en una mesa, fue por más y así sucesivamente, el joven lo imitaba.

– ¿Cuándo planeabas decírmelo? –indagué.

No me prestó atención, siguió en lo suyo, así que volví a preguntar.

–Tenía planeado encerrarte en algún lugar, no sé –contestó-, quizá dejarte pegada a una silla.

– ¿Qué vas a hacer ahora?

–Creo que ya no podré hacer lo que quería –dijo tranquilo-, ahora, lo único que haré será protegerte en el campo de batalla.

Le tomé el brazo, lo llevé a un lugar más alejado y hablé con él.

–No quiero que participes en esto –reconocí, pero parecía más una súplica-, no lo hagas por mí, hazlo por Ykhar.

–Salvaste a Ykhar –soltó-, ahora me toca salvarte a ti.

–Valkyon, en serio –rogué-, quiero que te vayas con Ykhar.

–Sabes perfectamente que no lo voy a hacer.

Un dolor en el estómago hizo que me flexionara e hiciera una perfecta "O" con los labios. El chico se me acercó corriendo, pero con un ademán le dije que estaba bien, logré tomar la compostura, pero el malestar llegó de nuevo, sentí como algo dentro de mí se rompía. Ahora mis pantalones estaban empapados de la parte de en medio, el líquido viscoso llegó a escurrirse por mis piernas y terminó en mis talones. El peliblanco no lo dudó más, me cargó, me sacó de la forja, cuando Chrome nos vio, nos siguió. Se encerraron conmigo en otra habitación, estaba muy alejada de toda la gente. Valkyon ordenó a Chrome que vigilara la entrada, salió y el otro me depositó en el piso, quitó los pantalones de mis piernas de forma muy rápida, podría decirse que me los había arrancado. Abrió mis piernas y las separó, removió también mi ropa interior.

– ¡V-Valkyon! –exclamé.

– ¿No pudiste dar al luz otro día? –me preguntó extasiado-, ¡Exactamente hoy!

Un dolor desgarrador en medio de mis piernas, tenía ganas de llorar, de gritar, mordí mi labio y tapé mi boca con la mano para evitar hacerlo.

–Quizá sea difícil –murmuró Valkyon-, veo la cabeza.

–Entonces sácalo –me quejé, una lágrima salió, para darle procedencia a otras-. Pero rápido, Valkyon.

–Tal vez ya conozcas esta parte –me tranquilizó-, necesito que pujes.