|Eldarya| ••• El mundo de las hadas (Nevra) [E#1]

[MARATÓN] Episodio 52

Tengo semanas escribiendo esto, la verdad ya ni sé que dice, no me voy a poner a leerlo por que si lo hago ya no tendré tiempo de publicarlo hasta la semana que viene, así que si hay algo raro me dicen xD

En lugar de querer escribir 3 capítulos separados, los junté todos, espero no se molesten. 

Bueno, disfruten.

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Sahsa

Me desperté en un habitación completamente blanca, había un puerta con una ventanita en la parte de arriba, me levanté y fui hasta ella, la toqué y me di cuenta que esta no era de madera, sino de acero y las paredes estaban hechas del mismo material, me puse de puntillas y me asomé por la rendija y vi a muchas personas caminando de un lado para otro, su uniforme era negro con una boina y algo que les tapaba la cara.

– ¿Ya estás despierta? –me preguntó una voz masculina a través de un altavoz.

No respondí, miré a todos lados, en especial afuera.

–No te vamos a hacer daño, Zirel –dijo ese hombre.

– ¿Cómo me ha llamado? –indagué.

La puerta se abrió, entraron primero dos hombres, ambos portaban el traje negro y máscaras, luego uno solo que traía pantalón y camisa verdes, era un hombre regordete y de baja estatura, finalmente otros dos con los mismos uniformes que los primeros, uno de los que entraron tenía unas esposas en las manos un tanto extrañas, la rueda de cada una era del tamaño de mi mano y eran atraídas entre sí por un campo magnético.

Retrocedí por instinto.

–Ya te lo dije, Zirel –habló el hombre que iba vestido de verde-, no te haremos daño.

–Mi nombre no es ese –contesté.

–Claro que lo es –adversó-, tu misma madre te lo puso, por favor, acompáñanos.

El hombre de las esposas dio un paso al frente.

–Oh, lo olvidaba –dijo de la nada-, tendrás que usarlas.

–No veo la razón –respondí.

–Es solo por seguridad –sonrió-, algunos hombres, ya sabes, piensan que eres "peligrosa"

–Deben de pensarlo –dije-, tienen muy buenos motivos para hacerlo.

–Entonces supongo que no te molesta, ¿Verdad? –preguntó tomando las esposas.

Bufé y estiré las manos, me puso esos discos extraños que rápidamente reaccionaron y se ataron solos, de ellos provenía una luz azul en la circunferencia tanto interna como externa. El hombre me hizo una señal con el brazo para que saliera, delante de mi iban dos muchachos y detrás de mí también, al evacuar la habitación me di cuenta que el lugar era como una especie de sanatorio mental o algo por el estilo, había un pasillo, al parecer estábamos en el segundo piso, había un barandal lo bastante levantado para que las personas no lo alcanzaran, literalmente parecía una cárcel.

–Lamento haber tenido que traerte aquí de esa manera –se disculpó aquél-, pero era necesario.

–Podrían solo haberlo dicho –respondí-, ¿Por qué estoy aquí, tipo que no conozco?

–Nuevamente me disculpo –dijo-, mi nombre es Soren. Bueno, como ya te diste cuenta, te conozco. Está bien, te puedes preguntar ¿Por qué? O ¿Cómo? Verás, somos iguales a ti, nuestra única diferencia es que tú eres un Cristal y nosotros somos comunes y corrientes...