|Eldarya| ••• El mundo de las hadas (Nevra) [E#1]

Episodio 31

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En los últimos días me he distanciado mucho de todos, pero en especial de Nevra. Después de nuestra penosa escena y esa voz que me dijo "¿Romperás nuestro Juramento?" - sinceramente eso me puso la piel de gallina -, se enfadó un poco por haberlo apartado de golpe, por haberme ido dejándolo con la palabra en la boca y no hablarle los siguientes tres días.

Faltan pocos días para el baile de las guardias, al cual, no pienso asistir. Simplemente odio los bailes, Alajéa e Ykhar han estado indagando mucho sobre el baile, como se van a peinar, vestir que zapatos usar, etc... Pero eso la han hablado entre ellas, yo no me les he acercado ni para darles un "hola" o un "buenos días".

La noche anterior a esta, Miiko había llamado a todos los integrantes de la Guardia Sombra, ya que es la guardia que se enfoca en el espionaje, para ir al bosque y encontrar algunos de los fragmentos del Cristal que previamente había colapsado. Nevra dividió a la Guardia en dos pelotones; el primero, obviamente de líder él, y en el segundo, como había dicho Zafiro, él era el líder del otro pelotón.
Por "precaución", si así se le puede llamar, Nevra me ubico en su equipo. Al atardecer del día siguiente saldríamos a buscar los fragmentos.

Y ese día era hoy.

Salí de mi habitación, aún faltaba un poco para el alba, bajé las escaleras para ir a desayunar, pero comencé a escuchar murmullos cerca de las habitaciones de Ykhar y Alajéa.

-Creo que es peligrosa –susurró Alajéa-, ¡podría hacernos daño!

-Yo no creo que nos haga daño, o no debemos de estar hablando de la misma Sasha que conocemos –contradijo Ykhar-, si quisiera lastimarnos, ¿Por qué no lo ha hecho? ¿Por qué sanó mi herida?

-Estoy de acuerdo con Ykhar –se unió Ezarel-, ¿Para qué nos dañaría?

-¿No es obvio? –respondió Alajéa levantando la voz, por lo que los chicos chitaron para que bajara la voz-, ¡Es amiga de Veil! ¡Él es el enemigo! ¿No creen que si está con él significa que...?

-¿Qué significa, eh? ¿Qué soy una traidora? –pregunté metiéndome en su conversación -, No hables de mí como si no te escuchara, Alajéa.

Supongo que por mi repentina aparición quedó sin habla, sus ojos ya eran demasiado grandes como para que pudiera abrirlos aún más, la sonrisa que todos los días adornaba su cara había desaparecido, su rostro reflejaba una pequeña pizca de miedo, sus brazos blancos se habían erizado. En cambio, mis facciones eran tranquilas, mi pose también, pero por dentro todo ardía.

-Creo que la traicionera es otra, ¿no? –sugerí con una sonrisa, sus ojos eran unos patos celestes enormes, abrió la boca para decir algo, algo parecido a un "yo no..." pero sentencié-: Por favor, no trates de arreglarlo, busca la palabra hipocresía en un diccionario.

Salí de ahí con paso firme, pasé por el resto de las habitaciones y llegue a la despensa, tomé uno de esos pepinos azules como los que me había dado Jamón, lo rebane y me lo comí.

Al salir de la despensa me lleve una muy gran sorpresa.

-Creí que no volvería a verte –dije-, ¿hace cuánto despertaste?

-¿Un minuto? ¿Dos? –respondió Chrome poniendo un dedo sobre sus labios a modo pensativo -, ¿Quizá tres?

-Te extrañé pequeño perrito –dije acercándome a él, cerrando el puño y moviéndolo rápidamente sobre su cabeza.