"Capítulo 7" Parte 2

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Silvia's POV.

Íbamos camino a casa de Carrasco. Había un silencio incómodo.

—¿Qué te pasa? —preguntó. Le miré sin comprender—. Estás muy rara

—No me pasa nada —dije seca. 

No quería hablar. 

—Silvia, por favor —sonó desesperado. 

Suspiré y miré por la ventana. Ya estábamos por el Paseo de Las Delicias. Habíamos tardado relativamente pronto. 

—Yo buscaré sitio, mientras vete subiendo a casa —dijo serio. 

No quería contarle lo que pasó al quedarme inconsciente. Asentí y me dio las llaves de casa. Salí del coche y subí a casa. Abrí la puerta y olía a sangre seca. Todo estaba en completo silencio. Subí a la habitación de Carrasco y cogí como un crop top de tirantes, era negro con puntos blancos y un short azul vaquero. 

Primero, me tenía que duchar, pero no tenía ni idea de cómo iba a hacerlo con los puntos que tenía en el estómago

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Primero, me tenía que duchar, pero no tenía ni idea de cómo iba a hacerlo con los puntos que tenía en el estómago. Suspiré y caminé hasta el baño. Se oyó el timbre y bajé abajo. Le abrí la puerta de casa a Carrasco y entró.

—¿Te vas a duchar? —preguntó mirándome.

Asentí y bajé la mirada. De un momento a otro, me derrumbé. Empecé a llorar. Carrasco me abrazó y me llevó hasta el sofá. Me apoyé en su hombro y las lágrimas bajaron por mis mejillas hasta meterse en mi boca o llegando hasta mi cuello. 

Carrasco me acarició la cabeza y la besó. Estuvimos así hasta que paré de llorar. Él me levantó la barbilla y me quitó la lágrimas suavemente con sus dedos. 

—¿Estás bien? —preguntó.

Negué con la cabeza y suspiré. 

—Dime que te pasa —susurró desesperado.

—Cuando me quedé inconsciente, aparecí como en una especie de casa rural. A los minutos, apareció una mujer muy parecida a mi y un hombre. Me di cuenta que eran mis padres. Luego, apareció una niña pequeña como de unos cinco años de pelo negro— empecé a relatar. 

Carrasco volvió a quitarme las lágrimas.

—Eras tú —susurró.

—Sí, era yo. Mi madre tenía en sus brazos a un niño pequeño rubio de ojos azules. Era mi hermano —empecé a sollozar.

—No cuentes más si no quieres —dijo mirándome con atención.

Negué con la cabeza, quería seguir contándole. 

—Luego, toda mi familia apareció en un coche, incluso yo —susurré escondiendo mi cabeza en hueco de su cuello—. Mi padre estaba conduciendo, mi madre de copiloto y mi hermano y yo en la parte de atrás. Mi padre y mi madre estaba discutiendo. Yo en ese momento, no sabía que hacer, era como un fantasma. En un cruce, el coche iba a velocidad media y un coche les embistió en un lateral —empecé a sollozar. 

Amor por el fútbol   〈Yannick Carrasco〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora