Varios meses después (24 de diciembre de 2016)
¡Hoy es Nochebuena y mañana Navidad! Puede que sea gracioso, pero era verdad.
Ya han pasado más de dos meses en el que Carrasco y yo nos conocimos. En el que conocí al equipo, a Erika y a Bea. Si alguien me dice que me iba a enamorar de Carrasco, el jugador del Atlético de Madrid no me lo creería. O que iba a hacer grandes amistades con las novias de los jugadores, les diría que están locos.
Actualmente, ya tengo siete meses de embarazo. Mi tripa está como si hubiera comido turrón todo el año. Está gigante, y eso que me dijo la doctora que podía crecer más.
—¡Levántate Silvia! Tenemos que prepararte —habló a gritos Erika.
El equipo iba a hacer una cena con todos los jugadores, incluso con sus novias, por eso nos estamos preparando. Bueno, yo me tengo que preparar. Erika y Bea ya estaban vestidas. Erika tenía un vestido negro que le llegaba por las rodillas. El escote era palabra de honor. Tenía lentejuelas haciendo que brillase. Le quedaba ceñido a la cintura y cadera. Tenía unos zapatos de tacón un poco finos para mi gusto y eran negros. Su pelo estaba recogido en un moño. Parecía cómodo, pero a la vez elegante.
Bea tenía un vestido un poco más largo que el de Erika. Era rojo y de tirantes gruesos. En ellos, tenía diamantes brillantes. Le quedaba espectacular, ceñido a su busto y cintura. El pelo lo llevaba suelto con ondas al final del pelo.
—Este un vestido —habló Bea.
—Yo prefiero este —señaló Erika cogiéndolo.
Los vestidos eran de Erika. El que decía Bea era como un azul cielo apagado. Tenía como un doble tirante. Era sencillo.
El de Erika era como más elegante. Era color vino. Era de manga corta y por el busto era medio transparente. Tenía como piedrecitas formando estrellas por ahí.
—Prefiero el de Erika —decidí.
Erika sonrió victoriosa y le sacó la lengua a Bea.
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Amor por el fútbol 〈Yannick Carrasco〉
Hayran KurguSilvia Corberó, una fotógrafa humilde y sin mucho que contar. Con 19 acabó la carrera de fotógrafa, y compró una pequeña tienda en el centro de Madrid, y empezó a trabajar. Ella no esperó que se enamorara por ir a un partido de fútbol. Por...