Terminó el entrenamiento a la una, como siempre. Yo estuve grabando cinco minutos antes. Bea y yo discutimos y no nos hemos vuelto a hablar durante la media hora que quedaba.
—Y aquí finalizó el entrenamiento —dije apuntando mi cámara hacia mi—. Todavía falta lo de esta tarde. Así que no os vayáis.
—Silvia —me llamó Carrasco.
Paré de grabar y le miré.
—Dime —sonreí.
—¿Qué ha pasado con Bea? —preguntó.
—Te cuento todo después, cuando estemos en el coche —suspiré.
—Vale —susurró.
Me besó y se separó sonriendo.
—Te quiero —susurró.
—Y yo.
Se fue al vestuario y yo le seguí, pero quedé fuera. Griezmann vino con el carrito y me miró.
—¿Qué te ha pasado con Bea? —me preguntó.
—Te lo cuento mañana —dije.
—Vale —se acercó a mí y me abrazó—. Gracias por ayudarme con lo de Mía.
Se separó y sonrió.
—No es nada —le resté importancia.
—Soy padre primerizo y no he cuidado a ningún bebé, y tú me has servido de gran ayuda.
Sonreí y entró en el vestuario. A los quince minutos, salieron todos los jugadores vestidos. Me despedí de todos. Salió Carrasco y me cogió de la mano. Sonreí y caminamos hasta el garaje. Salimos de Cerro del Espino y él se paró para firmar autógrafos.
Este momento lo grabé. Había muchas personas; tanto como a los laterales como delante del coche. Tocaron mi ventanilla. Carrasco me miró y me besó cortamente. Bajó mi ventanilla y puse la cámara en el salpicadero. Torcí la pequeña pantalla y me estaba enfocando perfecto.
Comencé a firmar y hacerme fotos, hasta que divisé a la chica de trece. Sonreí y seguí firmando las camisetas y todo lo que me daban. Cuando terminé, Carrasco subió la ventanilla y nos fuimos. Puse la cámara para que me enfocara a mi.
—Bueno, ahora mismo nos estamos dirigiendo a su casa —señalé a Carrasco—. Para comer bien, y para hacerme lo que me tengo que hacer esta tarde. Así que no puedo asistir a tu partido, lo siento —me quité lágrimas imaginarias y besé su mejilla.
Paré de grabar y reí.
—Pareces una periodista —dijo riendo.
—Yo soy fotógrafa, y en algunas ocasiones la novia de un jugador llamado Yannick Carrasco —dije riendo.
—¡Qué chistosa!
Cogí la cámara y apunté a la calle. Comencé a grabar la calle, mientras Carrasco conducía. Llegamos a casa y subimos mientras grababa todo. Entramos en casa, y me enfoqué la cámara a mi cara.
—Y ya estamos en casita. Ahora sólo falta comer, y echarnos una siesta muy buen para la salud— dije riendo.
Paré la grabación y dejé la cámara en el salón. Caminé hasta la cocina.
—¡¿Qué hay de comer?! —grité.
—¡Coge y prepara unos espagueti a la boloñesa! —gritó desde arriba.
Cogí la pasta de un armario y preparé los espagueti. Me salían de muerte. A los cuarenta y cinco minutos, ya tenía los espagueti. Carrasco bajó y preparó la mesa. Serví los espagueti en los platos.
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Amor por el fútbol 〈Yannick Carrasco〉
FanfictionSilvia Corberó, una fotógrafa humilde y sin mucho que contar. Con 19 acabó la carrera de fotógrafa, y compró una pequeña tienda en el centro de Madrid, y empezó a trabajar. Ella no esperó que se enamorara por ir a un partido de fútbol. Por...