"Capítulo 3"

853 23 0
                                    

—El que pierda, tendrá que escribir un tuit al otro diciendo lo que quiera y lo tendrá que dejar hasta el domingo —susurró.

Asentí embobada con sus ojos miel. Eran demasiado bonitos, poco a poco, bajé mi vista sus labios. Estaban entreabiertos y me entraban ganas de morderlos. No lo hagas, pondrá un tuit, dijo mi subconsciente. Lo tengo que hacer, sus labios me reclaman.

Tragué salvia y subí mis ojos hasta conectar con los suyos. Se acercó más, y tragó saliva. Nuestros labios estaban rozando lentamente, hasta que él me besó. Al darse cuenta de lo que estaba haciendo, se separó. Empecé a reír.

Paré de reírme. Él me miraba con cara de pocos amigos. Me dio el móvil y busqué "Twitter". Escribí el tuit. Cuando acabé se lo di, sonreí victoriosa. Él lo leyó.

—Quiero estar el día contigo, mi princesa —susurró a medida que iba leyendo—. Te quiero mucho. 

Ahí puse corazones y me etiqueté a mí misma.

Me miró con una ceja levantada. Se acercó peligrosamente a mí.

—Dame tu móvil —dijo serio.

Le di mi móvil con miedo y empezó a escribir algo. A los minutos, volvió a dármelo. Me había puesto un tuit, ponía esto: "Propiedad de Carrasco. Te quiero mucho". Puso corazones y se etiquetó. Le fulminé con la mirada.

—¿Por qué has puesto esto? —dijo acercándome a él.

—Porque eres mía —susurró.

Sonreí.

—Lo sé, pero no soy un objeto —fruncí el ceño.

—Eso lo sé... Espera, ¿qué has dicho? —preguntó mirándome.

—Que yo no soy un objeto —dije.

—No, lo otro.

—Que lo sé —me encogí de hombros.

—¿Entonces admites que eres mía? —preguntó con una ceja levantada.

Me sonrojé y no le miré.

—¿Lo admites? —dijo sonriendo.

—Lo admito, yo soy tuya y tú eres mío —dije segura y mirándole.

—Cómo me encanta que digas eso —susurró acercándose a mí.

Me besó suavemente. Sonreí y me separé cogiendo su labio inferior. Pasó su brazo por mi cintura y me puso a espaldas de él. Nos acomodamos en la almohada y me tapó con la sábana.

Reí y me acomodé en su pecho. Besó mi cuello y se quedó ahí.

—Siempre vas a ser mía —me susurró.

—Siempre tuya —le miré por encima de mi hombro y le besé.

Me separé y sonrió.

—Ahora a dormir.

Cerré los ojos y me dispuse a dormir.

*****

Sonó el despertador. Otro día de trabajo. Menos mal que tenía una boda. Solo tenía que hacer fotos y ya está. Y estar moviéndome de un lado para otro. Bueno, tal vez, sea un duro día de trabajo.

Me removí y apagué el despertador. Miré la cama, y no veía a nadie. Salí de la habitación y caminé a paso lento hasta la cocina. Vi a Carrasco solo con el bóxer, con el pelo revuelto.

Me acerqué a él, y le besé la espalda porque no llevaba a su mejilla.

—Buenos días—dijo sonriendo.

Amor por el fútbol   〈Yannick Carrasco〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora