"Capítulo 34"

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Se oyó un barullo abajo, lo que me indicó que ya había terminado el partido. Os preguntaréis: "¿Qué ha hecho Silvia durante todo el tiempo?" He estado viendo vídeos de los youtubers que me gustan. Suspiré cerrando el ordenador. Bajé abajo.

—¿Cuánto han quedado? —pregunté.

—0 - 0 —dijo Gabi mirándome.

Miré al Cholo sonriendo.

—630 € para cada uno —dije sonriendo.

Sonrió y asintió.

—Voy a comprarme algo con el dinero —susurré mientras contaba el dinero.

Le di 630 al Cholo y lo demás para mí.

—Ha sido muy agradable a jugar con vosotros —sonreí burlona.

Los chicos me miraron mal, pero bromeando.

—Amigo —dijo Koke a Carrasco—. Me lo he pasado muy bien.

Se dirigió a mí y me dio un beso en la mejilla y me abrazó.

—Me lo tienes que explicar todo —me susurró al oído.

Bajé la mirada. Cada uno se fue despidiendo de Carrasco y de mi, hasta que sólo quedó Torres.

—Tengo que ir a por Nora y Leo —dijo mirándonos.

—La segunda a la izquierda —dije mirándole.

Asintió y subió. Luego bajó con Nora y Leo despiertos. Se estaban rascando los ojos. Me agaché y vinieron corriendo hacia mí.

—Adiós tía Silvia —susurró Leo.

Me dio un beso en la mejilla y se despidió de Carrasco con un choque de manos. Nora se quedó más tiempo.

—Hasta luego mamá —me susurró al oído.

Sonreí y besé su mejilla. Chocó las cinco con Carrasco y volvió con Torres.

—Hasta luego —dijo mirando a Carrasco. Luego me miró a mí y sonrió.

—Fuera —dije seria.

Le miré muy seria. Abrí la puerta y le dejé salir. Se fue y cerré la puerta detrás de él. Suspiré y miré a Carrasco, que me miraba con la mandíbula apretada y brazos cruzados. Cogí la bolsa con mi dinero y metí los 630 €. Subí arriba y me metí en mi habitación. Por mi cabeza pasó mi tienda, tendría que haber estado allí. Mañana a primera hora, iré allí.

Me acordé que tenía mi cámara y ordenador en la habitación de Carrasco. Suspiré y entré en su habitación. Él estaba con mi cámara.

—¿Cuándo te he dado permiso para ver mis cosas? —pregunté cruzándome de brazos.

Me miró y extendió su mano dándome la cámara. La cogí y también mi ordenador. Salí de allí. Entré en mi habitación.

Dejé la cámara y el ordenador en la mesita de noche, puse a cargar el ordenador y la batería de la cámara. Suspiré y miré el reloj de muñeca que estaba en la mesita de noche. Ahí cabía de todo. Suspiré y me senté en la cama. Me metí en ella y me tapé con las sábanas. Poco a poco me fui durmiendo.

*****

Sentí un olor a tostadas. Me moví y miré el reloj de muñeca. Las nueve y media de la mañana. ¿Quién está en mi casa? Carrasco está entrenando. Me levanté de la cama y bajé abajo. Allí estaba Bea preparando tostadas.

—¿Qué haces aquí? —pregunté adormilada.

Ella me miró sonriendo.

—Carrasco me pidió que te cuidara —se encogió de hombros.

Amor por el fútbol   〈Yannick Carrasco〉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora