No sé cuanto tiempo estuve andando. Miré a mi alrededor y estaba delante del Vicente Calderón. ¿Casualidad o destino? No tenía ni idea, pero estaba allí.
Entré por los laterales y caminé hasta los vestuarios, para luego salir al campo. Estaba todo silencioso, con luces. Se me hizo una especie de déjà vu. La cita que tuve con él en este mismo estadio.
Cogí entre mis dedos el collar y lo apreté con fuerza. Un par de lágrimas salieron de mis ojos. Las quité rápidamente. Crucé todo el campo hasta quedar en el centro del campo. Me tumbé ahí y me quité el collar. Lo dejé a un lado, y mi móvil vibró.
Lo cogí y miré los mensajes. Era de un grupo con todos los jugadores del Atleti. Torres pasó un par de fotos, donde aparecía Carrasco y yo besándonos en el estudio donde hice las fotos.
Silvia: ¿Podéis parar, por favor?
Carrasco 😍😍: ¿Dónde estás Silvia?
Koke: ¿Te has perdido?
Silvia: No me he perdido.
Griezmann: ¿Y dónde estás?
Silvia: No se lo voy a contar a nadie.
Torres: ¿Por qué?
Moyá: ¿Qué pasa?
Carrasco 😍😍: ¿Dónde estás Silvia?
Silvia: ¡No lo voy a decir!
Vietto: Sé donde está, y te estoy viendo.
Miré por todo el estadio, en las gradas. Incluso detrás de mí, pero no le veía.
Koke: ¿Y dónde está?
Silvia: No lo digas Vietto.
Vietto: Lo siento chicos, pero no lo voy a decir :c
Silencié el grupo y dejé el móvil a un lado. Apoyé mi cabeza en el césped y suspiré. ¿Cómo pudo llamarme eso?
Sentí una sombra delante de mí. Abrí los ojos y miré hacia delante. Ahí estaba Vietto.
—Hola —sonrió.
—Hola —sonreí débil.
—¿Qué haces aquí? —preguntó sentándose en el césped.
—¿Y tú?
—Hablando con el Cholo —se encogió de hombros—. Ahora cuenta.
—Te lo voy a resumir: Carrasco me ha llamado puta —dije mirando al cielo.
—¿No sois novios?
—No sé. Esta mañana en el vestuario, afuera más bien. Saúl me besó y Carrasco lo vio. Me dijo unas palabras que también eran malas —susurré mirándole.
—Y yo me entero hoy —susurró.
Reí y mis ojos echaron lágrimas.
—No llores —susurró Vietto tumbándose a mi lado.
Sentí como me quitaba las lágrimas y cerré los ojos. Su mano se quedó en mi mejilla. Le miré y sonreí. Mi móvil volvió a vibrar y lo cogí. En la pantalla ponía Griezmann. Lo cogí extrañada.
—Dime —dije levantándome.
Me separé un poco de Vietto.
—¿Dónde estás? —preguntó.
Suspiré.
—Vicente Calderón.
—Voy para allá.
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Amor por el fútbol 〈Yannick Carrasco〉
Fiksi PenggemarSilvia Corberó, una fotógrafa humilde y sin mucho que contar. Con 19 acabó la carrera de fotógrafa, y compró una pequeña tienda en el centro de Madrid, y empezó a trabajar. Ella no esperó que se enamorara por ir a un partido de fútbol. Por...