Hoy era 31 de diciembre, lo que significaba que hoy es Nochevieja. Estábamos algunos jugadores con sus novias en la casa de Torres, que era la más grande para todos. Estábamos Torres con sus hijos, Griezmann con Erika y Mia, Filipe con su esposa, Gabi... Y más jugadores.
Eran las once de la noche, y faltaba una hora para que comenzara con las uvas. Mientras, estábamos cenando.
—Me quiero comer todo esto, pero no puedo —dije mirando todo lo que había en la mesa.
Esta vez todos los que estaban aquí se saltaron las cosas que no podían comer y las estaban comiendo. Yo no, yo seguía mi "dieta" por decirlo de alguna forma.
—¿O no quieres? —rió Torres.
—No puedo. Me voy afuera, a tomar un poco el aire —me levanté de la mesa y fui hacia afuera. Él tenía piscina, creo que todos los jugadores tenían una piscina en su casa menos Carrasco y yo.
En invierno, hacía frío. Y más por la noche, podría hacer -2 ºC.
—Te vas a congelar —habló una voz detrás de mí.
Puso la chaqueta de su traje por encima de mis hombros y sonreí.
—Gracias Griezmann.
Nos sentamos en una hamaca frente a la piscina.
—¿Qué te pasa? —preguntó.
—Ha pasado todo muy rápido. A principio de año yo no pensaría que iba a conocer al Atlético de Madrid, que me iba a casar con uno de jugadores —reí y me quité las lágrimas.
Rió.
—Y que serías mi mejor amiga —murmuró.
Sonreí y le miré.
—Gracias Antoine.
—De nada.
Nos quedamos en un silencio cómodo.
—¡Chicos, vamos a cantar un poco! ¡Venid!— gritó Bea.
Sonreí y los dos caminamos adentro. Algunos jugadores estaban sentados en los sofás, y otros de pie ya que no todos cabíamos en el sofá. Yo me quedé en las piernas de mi novio.
—Peso demasiado, ¿verdad? —le susurré al oído.
—Sí, pero me encantada abrazarte. Eres un peluche —me abrazó por la espalda.
Reí.
—¿Quién empieza? Falta media hora para las uvas —dijo Erika.
Ella me miró y me pasó un micrófono. Ella llevaba otro.
—Yo no quiero —hice pucheros.
—Venga, no seas aburrida —me animó.
Eligió Ahora tú de Malú.
Empezaba Erika, y luego fui yo.
—Dicen que se sabe si un amor es verdadero, cuando duele tanto como dientes en el alma. Dicen que lo nuestro es tan solo pasajero, pero qué sabe la gente lo que siento cuando callan —comencé a cantar, le di la señal para que cantáramos las dos—. Y ahora tú, llegaste a mí, amor, y sin más cuentos apuntas directo en medio del alma. Ahora tú, llegaste a mí, oh, no, sin previo aviso, sin un permiso, como si nada. Ahora tú...
A los tres minutos, terminamos la canción, y faltaban 15 minutos para que comenzaran las campanadas.
—Cantáis muy bien —nos elogió Torres.
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Amor por el fútbol 〈Yannick Carrasco〉
Fiksi PenggemarSilvia Corberó, una fotógrafa humilde y sin mucho que contar. Con 19 acabó la carrera de fotógrafa, y compró una pequeña tienda en el centro de Madrid, y empezó a trabajar. Ella no esperó que se enamorara por ir a un partido de fútbol. Por...